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Cádiz CF-AD Alcorcón (4-1): Inesperado y acertado volantazo

Los de Cervera remontan en una magnífica segunda parte liderada por Abdullah y rematada por Ortuño, Aitor y Salvi ante un rival en inferioridad numérica

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Aitor celebra su gol con Álvaro
Aitor celebra su gol con Álvaro

Qué bello es el fútbol. Cómo y cuánto puede cambiar un partido en un segundo, en un momento, en un lance, en una decisión. Por un lado, en el lance en el que Rafa Páez deja a su equipo con uno menos nada más empezado el segundo tiempo. Por otro, en el cambio de Güiza por Abdullah, que reactivó a un Cádiz CF que hasta el momento estaba siendo un pelele en manos de un Alcorcón que todavía a estas horas se estará preguntando el porqué del rapapolvo con el que ha salido de Carranza. El volantazo de Cervera en el descanso deja al Cádiz CF en una situación privilegiada y calla esos pititos que se escucharon, con razón, tras una primera mitad deleznable.

Si trabajo le cuesta a este Cádiz CF cambiar el guion cuando este no es el deseado, mucho más le cuesta cuando uno de sus mejores actores se ausenta a última hora. La gastroentiritis del canario nada bueno hacía presagiar en Carranza, que veía como su equipo salía con Migue y Sankaré como pareja de centrales ante un Alcorcón que de comparsa solo tenía el nombre y la clasificación momentánea en la que se encontraba. Porque vaya si los muchachos de Julio Velázquez tenían las cosas claras desde el inicio. Todo lo que no lo tenían los de Cervera, que eso sí, despertaron con el tiempo suficiente para ganar un partido que se le puso muy a favor con la expulsión de Páez al inicio de la segunda mitad.

Sería el tiempo inestable, el frío otoñal, la humedad del día o lo que fuese pero lo cierto es que el Cádiz CF no salió nada, pero nada fino al maltrecho césped de Carranza. Apenas habían pasado dos minutos y medio cuando el Alcorcón se adelantaba en el marcador con un tanto de Bellvis, con la ayuda de Migue, que en su intento de despejar peinó el balón para alojarlo en la cepa del palo ante la tardía estirada de Cifuentes. Lo peor de todo es que no era la primera vez que el conjunto alfarero se presentaba cerca de los dominios del meta del Cádiz CF. La entrada al partido del Cádiz CF fue, sencillamente, patética.

Como siempre, el Cádiz CF dio señales de vida gracias a los chispazos de Ortuño y Alvarito, pero ninguno de ellos llegó a intimidar de verdad a la defensa madrileña. Por su parte, el Alcorcón volvía a hacerse con el mando y Óscar Plano así lo atestiguaba con un disparo que fue a las manos de Cifuentes.

Veinte minutos tuvieron que pasar para ver la primera jugada medianamente trenzada por parte del Cádiz CF, pero el centro de Nico Hidalgo, tras una buena pared con Ortuño, no encontró rematador. El Alcorcón, mucho mejor asentado que el Cádiz CF, contestó con otra internada del lateral Bellvis que asistió al corazón del área para que Pablo Pérez chutase fuera.

El partido se rompía por momentos. El Cádiz CF no tenía otra que agitar la coctelera para ver qué pasaba. Así se consiguieron varios acercamientos pero sin mucha historia.

Pudo ponerse peor la cosa para el Cádiz CF si Cifuentes no saca su mano derecha a pasear para repeler un testarazo de David Navarro al saque de una falta botada magistralmente por Óscar Plano que previamente había cometido un Carpio nuevamente desbordado, hoy por Bellvis y el argentino Martín Luque.

Pero Carpio no era el único desbordado. En general, el Alcorcón estaba superando en todo al Cádiz CF, que chocaba con el realismo de su inoperancia. Así las cosas, el único que lo intentó fue Ortuño con un centro chut despejado por Rafa Páez en el segundo palo.

No tenía otra Cervera que cambiar las fichas en el descanso y dejó en la caseta al desaparecido Güiza para dar entrada a Abdullah, que se colocó como hombre libre dentro del triple pivote con José Mari y Garrido. Lo primero que hizo el francés fue robar un balón y entregárselo a Álvaro García, que se la jugó sin ángulo para encender a un Carranza tan dormido como su equipo en la primera mitad. Lo segundo que hizo Abdullah fue meter un balón a la espalda de la defensa alfarera para que Ortuño le ganase la partida a Rafa Páez, que lo agarró ganándose la expulsión que al filo del descanso habían perdonado a Garrido por un rodillazo a un rival.

Por obra de arte, la situación había dado un giro de 180 grados. Cervera seguía a lo suyo y metía a Salvi por un irregular Nico. Y el partido, de buenas a primeras, tomaba tintes amarillos. Además, el viento se situaba detrás de Cifuentes y soplaba al Cádiz CF a favor del empate. Todo había cambiado.

Al panorama solo le faltaba un golito. Y vino, para más inri, tras aprovechar Ortuño un error de Toribio, que le dio la espalda a un pase en largo de Sankaré para que el balón le diese para asistir al delantero cadista, que no falló ante Dmitrovic, al que dejó sentado antes de conseguir el empate a placer.

El Cádiz CF se hizo con todo, con el campo, con el balón, con las ocasiones. El Alcorcón se ahogaba en su campo ante el poderío gaditano reactivado por Abdullah y el monólogo amarillo era por completo.

Conseguido el empate, el juego del Cádiz CF se templó un tanto, pero no lo suficiente como para que no gozase de más ocasiones. Salvi la tuvo en sus pies pero prefirió jugársela tras recibir un gran pase de José Mari antes que entregársela a Álvaro García que entraba solo en la boca de gol. Y si cerca estuvo ahí, más cerca la tuvo Abdullah después de un remate de cabeza de Ortuño que escupió Dmitrovic para que el francés, solo en el rechace, la mandaba al muñeco con su pierna izquierda.

Cervera olía la sangre y sacaba del campo a Luis Ruiz para dar entrada a Aitor, que se colocó de extremo zurdo para dejar a Alvarito de lateral. Pero cuando no era por una banda era por la otra, la de Salvi, que cerca estuvo de conseguir el segundo tras un centro raso que casi se lo mete en su propia portería la defensa madrileña.

'Made in Aitor'

Cervera conoce bien el paño y es por eso que sabe que donde más le da Aitor es en el carril zurdo. Ahí lo colocó faltando un cuarto de hora para un partido que se iba al empate tras haberse puesto negro en los primeros 45 minutos. Aitor, que en el verano se ganó una plaza en el primer equipo, salió como refresco y con un derechazo de la casa desde fuera del área remontaba un partido que nadie podía creer en él al descanso.

Porque en la banda izquierda sacó petróleo el recién salido Aitor. De ahí ha marcado todos los goles que ha celebrado de amarillo y desde ahí partió para poner a Carranza en pie y a su equipo en la zona noble de la clasificación. Vaya golazo del onubense, que tras romper a dos rivales posicionó su cuerpo mientras buscaba el centro para mandar un obús buscando la escuadra y encontrando un gol de pañuelos.

Cifuentes salvó un mano a mano en la línea de fondo con Pablo Pérez y Carranza suspiró. Y mucho más que lo haría a partir del minuto 90, momento en el que Ortuño aprovechó otro despiste del conjunto alfarero para disparar a puerta. El rechace de Dmitrovic le llegó a Salvi, que hizo el tercero. Se cambiaron los papeles el sanluqueño y el murciano a ya en el descuento Ortuño hizo su octavo gol de la temporada para redondear una goleada inesperada en su descanso. Bendito fútbol.

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