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#Yihad

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Todo esto empezó aquí, en el Guadalete, hace ya más de 11 siglos. «No tengáis miedo», arengaba Tarik a árabes y berberiscos a su entrada en la Península, «la muerte es el fin de los males, la victoria causa de alegría». Con ese espíritu arrasaron con los visigodos en su decadencia. Hicieron falta siete siglos para sacarlos de la Península.

Y ahora todo vuelve a repetirse. Ya lo decía Huntington en su biblia de geopolítica 'The clash of civilizations' a partir de la Guerra Fría, volverán las guerras de religión. Palestina, Afganistán, Irak, Argelia. Todas en la frontera entre Cristianismo e Islam. Se esta cumpliendo a rajatabla.

«No es el número el que pelea, sino el esfuerzo, ni vencen los muchos sino los denodados» también les decía Tarik a lo suyos. Y parece seguir siendo tan verdad entonces como hoy. Si no, ¿cómo es posible que un ejército tan poderoso como el de occidente, con sus drones y sus armas atómicas, sea incapaz de controlar a cuatro descamisados con turbante luchando con medios de la Edad Media?

Occidente, aunque poderoso en su ejército es decadente en sus valores. Y sin valores, sin ideología y sin empuje no tiene nada que hacer contra una religión como el Islam. De poco sirven las bombas contra las religiones. Los misiles se combaten con misiles, las ideologías con ideologías. Los americanos crecen pensando en Bob Esponja y Justin Bieber. Los niños de Al-Kaeda son educados en la cruzada y el exterminio del infiel. ¿Cómo va a ser lo mismo?

Y, Cádiz, embudo de civilizaciones, vuelve a estar en el epicentro de la batalla. ¿Acaso no son los 30.000 muertos en el pase del Estrecho víctimas de la emigración utilizada como arma de una guerra de baja intensidad? ¿Y los 50 yihadistas reclutados en Ceuta? ¿Y las amenazas de reconquista por el estado islámico? ¿Quién se atreve a decir que esto no va con nosotros?

Hace 1.000 años, al Islam no lo venció la espada, lo venció el Cristianismo. Ahora, como bien señalan los asesinos de Foley en la carta enviada a su familia ya no hay cruzados, «la cruz se desvanece». Degollaron a Foley, han ahorcado a niños y han crucificado inocentes. Y no hemos hecho nada. Somos los nuevos visigodos.