Familiares de los pasajeros lloran al comunicar Malaysia Airlines que el avión se estrelló en el mar. :: EFE
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El avión «se hundió» en el Índico

Las autoridades de Malasia dicen a las familias que «nadie a bordo ha sobrevivido»

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La primera gran incógnita del mayor misterio de la historia de la aviación civil se resolvió ayer: el Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines se estrelló en el océano Índico, al oeste de la costa de Australia. «Tenemos que asumir, ya sin ningún tipo de duda, que el vuelo MH370 se ha estrellado y que nadie a bordo ha sobrevivido. Tenemos que aceptar que todas las evidencias apuntan a que el aparato cayó en el océano Índico meridional», informó la aerolínea a los familiares de los pasajeros, que recibieron la noticia en Pekín entre lágrimas de tristeza que se contagiaron incluso a los periodistas, gritos de rabia por los errores que achacan a las autoridades en la gestión de la crisis, y desmayos provocados por la enorme tensión a la que han sido sometidos durante tanto tiempo.

«¡Gracias al Partido Comunista sólo tengo un hijo! ¡Viva el Partido Comunista!», exclamó entre sollozos una madre que confirmó ayer la pérdida de su único descendiente. «¡Es todo una mentira! ¡El Gobierno debe proporcionar pruebas de lo que ha sucedido!», añadió otro hombre que, como algunos familiares, reaccionó de forma violenta. No en vano, 16 días después de su desaparición, muchos todavía albergaban la esperanza de que el avión hubiese sido secuestrado y hubiese aterrizado en alguna parte con las 239 personas a bordo sanas y salvas.

Pero ni siquiera el primer ministro de Malasia, Najib Razak, que siempre ha mostrado una cautela rayana en lo excesivo, tiene ya dudas respecto de la suerte que ha corrido el Boeing 'triple siete': «A la tarde he hablado con el Departamento de Investigación de Accidentes Aéreos del Reino Unido. Me han informado de que Inmarsat, la empresa británica que proporcionó la información de satélite que llevó a buscar en los dos corredores aéreos, ha refinado los datos recogidos utilizando un tipo de análisis inédito en este tipo de casos. Y ha concluido que el avión voló a través del corredor sur, y que su última posición conocida fue en mitad del océano Índico, al oeste de (la ciudad australiana de) Perth. Es un punto muy remoto y alejado de cualquier lugar en el que podría haber aterrizado. Por eso, con profunda tristeza, tengo que informar de su pérdida».

No obstante, aunque varios aviones desplazados a la zona en la que un satélite chino había identificado varias piezas grandes confirmaron ayer haber localizado dos objetos flotando en el agua, uno circular y otro rectangular, todavía no se ha podido verificar que alguno de ellos pertenezca al Boeing de Malaysia Airlines. La Marina australiana espera poder recuperarlos hoy e identificarlos a la mayor brevedad para confirmar si pertenecen al vuelo MH370 o no. Hay prisa, porque las baterías que permiten a las cajas negras del avión enviar señales que facilitan su localización se agotarán en trece días. Sin ellas, puede que jamás se sepa qué sucedió a bordo y por qué se estrelló el MH370 después de haber volado durante siete horas y media.

Las grandes preguntas

De hecho, las grandes preguntas del caso están todavía sin responder. ¿Quién desvió el avión? Pudieron haber sido los pilotos o alguien entre el pasaje con la experiencia suficiente, aunque los investigadores no han encontrado a nadie con ese perfil. ¿Y por qué habrían estrellado el avión después de haber volado durante tanto tiempo? En caso de haber sido un suicidio no tendría mucho sentido, así que gana fuerza la posibilidad de que, como se decía ayer en un comunicado anónimo que corrió como la pólvora entre las redes sociales chinas, el Boeing hubiese sido secuestrado y se produjese algún altercado a bordo que provocase la caída del aparato. En cualquier caso, ahora todo son conjeturas que sólo las cajas negras pueden confirmar o desmentir.

Pero encontrar en el océano Índico las dos grabadoras que recogen todos los datos del vuelo y las conversaciones en la cabina es como hacer lo propio con una aguja en un pajar. No en vano, aunque se certifique que los objetos flotantes son del Boeing 777, éstos podrían haberse desplazado ya cientos de kilómetros desde el lugar en el que cayó el avión, cuyas cajas negras no flotan y podrían encontrarse a una profundidad de hasta 4.000 metros. Así, acotar su posible ubicación para facilitar la búsqueda de los submarinos especializados que han desplazado Alemania y EE UU podría resultar casi imposible.