¿Y AHORA QUÉ?

Ahora que tenemos claro que el Cádiz CF SAD continúa siendo una dictadura, antes ejercida por los presidentes y ahora por el director deportivo, que aquí ya todo el mundo se ha quitado su careta de sonrisa profidén por la de verdugo y que han comenzado a rodar las primeras cabezas, cabe preguntarse: ¿Y ahora qué? La actual marcha liguera pronostica un equipo en caída libre hasta que el señor Gaucci nos traiga una plantilla completamente nueva en el próximo mercado de invierno. Por cierto que si yo fuera un componente del vestuario ya tendría muy claro qué concepto tiene de mí el máximo responsable de haber elaborado un plantel acorde a las aspiraciones de la entidad.

También cabe esperar que los Manzano (padre e hijo) muevan ficha y nos demuestren que esta ciudad es algo más que un destino único para tomarse unas vacaciones a costa de un grupo inversor que sigue oliendo a chamusquina por sus cuatro costados. Así que, apenas unos meses después de la marcha de Antonio Muñoz, con otra de sus frases lapidarias: «Dejo al Cádiz en las mejores manos posibles», uno no tiene más remedio que seguir pensando que a este club se le ha cruzado un gato negro desde que finalizaran las obras del estadio Carranza, en cuyo presupuesto también había una partida destinada a goteras.

Asimismo, resulta tentador saber qué pasapor la cabeza de nuestra alcaldesa cuando observa el cachondeo que sigue siendo esta sociedad anónima que tantísimos euros les siguen costando a las arcas municipales con la que está cayendo por toda la ciudad. Solo confío en que no se les ocurra a nuestras autoridades mostrarles al Rey y a los jefes de estado iberoamericanos la que se cuece ahora en Carranza. No vaya a ser que nuestro monarca se pegue otro inesperado resbalón y los invitados al 'Doce' se lleven una imagen bastante triste de lo que es Cádiz en pleno siglo XXI.