«Se me ocurrió jubilarme, pero es inútil»

Tenía una gira programada por España pero Pablo Milanés (Bayamo, 1943) tuvo que ser operado de urgencia de una hernia umbilical, que podía derivar en una peritonitis, y debió suspender buena parte de los conciertos. Aún convaleciente, el cubano ha rescatado las actuaciones de hoy en Cádiz, el día 15 en Madrid y el 17 en Melilla. Después de 25 años sin pisar tierra gaditana, el fundador de la Nueva Trova no ha querido perderse la cita del 'VivAmérica', festival del que esta noche es el absoluto protagonista. En el concierto del Teatro Falla, Milanés hará un repaso por su extensa discografía. Quién sabe se adelantará algo de su cuadragésimo sexto trabajo, al que ha querido llamarle 'Renacimiento', pero solo de forma provisional porque, relata, tiene que «consultar si no está demasiado repetido». Aún así, lo mismo le deja ese título porque, dice, implica muchas «resurrecciones»: las de su trabajo, la música y su propia persona. Pero también es, apostilla, «un gran homenaje» a la música cubana a lo largo del tiempo, por eso de los diez temas seis son «expresiones» propias de los ritmos de su isla como el changüí guantanamero, los sones barrocos o la conga, y el resto melodías «más contemporáneas».

-Viene a Cádiz para protagonizar el ciclo 'VivAmérica'. ¿Cree que en la actualidad se oye este grito con fuerza?

-Sobre todo América Latina vive un momento histórico en el que las masas determinan su futuro y parece un futuro prometedor.

-Dicen que Cádiz es igual a La Habana pero, que lo explique un cubano...

-Sí, dicen que se parece mucho. Estuve en Cádiz hace 25 años y fue solo una noche, me fui enseguida y no pude conocer la ciudad como me hubiese gustado. Por lo tanto no puedo dar una opinión personal. Sí conozco la ciudad porque he leído sobre ella en artículos de viajes, novelas y sin duda Cádiz ha sido clave en la historia de España y en la historia de las relaciones de España con América.

-¿Podría decirle a los más jóvenes que es eso de la Nueva Trova?

-Un movimiento musical y poético que surgió en los 60 como continuidad de los anteriores movimientos trovadorescos que existían en Cuba ya en el siglo XIX.

-¿Cree que hoy día siguen sirviendo las canciones protesta?

-No cambian el mundo, pero lo ennoblecen.

-Le preguntan mucho por la situación de su país, pero es inevitable. ¿Hay visos de que la situación cambie radicalmente? ¿Cuál es su sensación?

-Mi sensación es que Cuba debe cambiar alguna vez, sino es ahora será mañana o después, pero debe cambiar.

-La Trova también cantaba al amor, ¿es ese el verdadero motor del mundo?

-El amor cuando va ligado a otras experiencias amorosas, no exclusivamente al amor de la pareja.

-Usted necesita 'Para vivir'...

-Paz y justicia; aunque nunca coinciden, siempre viven encontrándose.

-Ha editado 40 discos, imagino que no querrá elegir el preferido pero, ¿hay alguno que con el tiempo piensa que no debería haber hecho?

-Muchos, incontables, no puedo elegir ninguno porque cada uno me ha dejado algo especial.

-Y eso de jubilarse, imaginamos que tampoco se le pasa por la cabeza.

-No, alguna vez se me ocurrió esa locura, pero me di cuenta de que es inútil, ni siquiera pensarlo.

-En este sentido, ¿la inspiración sigue siendo la misma y con la misma intensidad?

-La inspiración sigue siendo la misma, pero ahora está rodeada de otras musas más terrenales.