Tribuna

La Castrense, un tesoro por descubrir

HISTORIADOR Y MIEMBRO DE CÁDIZ ILUSTRADA Actualizado: Guardar
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Dejando a un lado los tesoros y prebendas que en la primera parte de ese trabajo citamos, el motivo de escribir estos artículos es llamar la atención a los gaditanos sobre la problemática que, relacionada con su actual estado de conservación, sufre en la actualidad la Castrense.

El edificio en sí comenzó a dar muestras de un avanzado deterioro en la Cuaresma del año 2010. Se produjeron desprendimientos de la cubierta del altar de la Virgen de los Desamparados que obligaron a trasladar la imagen a otra zona del templo. Igualmente a los pies de la iglesia, concretamente en la nave del Evangelio, hubo frecuentes desprendimientos de cal que cada vez eran más evidentes. Tras el verano de ese mismo año y con la llegada de las lluvias, los problemas fueron más acuciantes. El agua entraba en grandes cantidades por las dos zonas mencionadas, hasta el punto que debieron ser acordonadas e impedirse el paso por las mismas. Todo ello junto a otras situaciones como la inhabitabilidad de la vivienda del párroco por estar hundidos los techos, una instalación eléctrica deficiente y prácticamente inservible, resto de cubiertas en mal estado, suelos muy deteriorados y desprendimientos en la fachada del edificio.

Ante todo lo descrito hasta aquí y tras la toma de posesión del nuevo párroco, Don César Sarmiento González, técnicos militares especialistas visitaron el inmueble constatando el estado en que se encontraba y desaconsejando que el mismo continuase abierto por el peligro que para las personas podían suponer los continuos desprendimientos. A primeros de diciembre de 2010 el templo cerró sus puertas y comenzaron unos meses muy duros para toda la comunidad parroquial. Se niega la posibilidad de utilizar la vivienda anexa a la parroquia en la calle Benito Pérez Galdós, esquina a plaza de Falla, para celebrar la Santa Misa, por lo que hubo de habilitarse la sacristía para estos menesteres, lo cual resultó manifiestamente insuficiente.

Transcurrieron más de tres meses hasta que se efectuaron las obras de emergencia en la zona del altar de la Virgen de Desamparados y a los pies del templo. Durante este tiempo, el Ministerio de Defensa, a través de la Directora General de Infraestructuras, se comprometió no solo a que la reparación quedase terminada para la Cuaresma, sino a realizar un arreglo integral del templo con un proyecto para el mismo en el presente ejercicio. Finalmente, entrada ya la Cuaresma, el templo pudo reabrir sus puertas por el arreglo provisional y de emergencia que se llevó a cabo en parte de la cubierta.

A partir de ese momento no se lleva a cabo ninguna actuación más por el Ministerio de Defensa, ni se efectúa visita alguna al templo con vistas a redactar un proyecto para su arreglo integral ni nada semejante, a pesar del compromiso por escrito de la Dirección General de Infraestructuras para el arreglo integral en el presente ejercicio, una situación que ha creado una lógica incertidumbre.

Con fecha 30 de mayo, el presidente del Consejo Local de HH. Y CC. se dirigió a la Dirección General de Infraestructuras en nombre de las Cofradías con sede en la Parroquia, interesándose por esta cuestión. El día 24 de junio, la directora general de Infraestructuras contestó que habiendo elevado consulta al Ejército de Tierra, que es a quien está adscrito el inmueble, éste le manifestó que carece de interés militar y dejaba la puerta abierta a una cesión de uso gratuita a favor del Consejo, del Obispado o de la Universidad, con objeto de darle un mayor uso ¿? y compartir los gastos de restauración.

En la actualidad las deficiencias estructurales son perceptibles desde el exterior por las mismas fachadas del edificio hasta diferentes zonas del interior, ignorándose su devenir con la llegada de nuevas lluvias.

Ésta es la situación de la primera Parroquia Castrense de España (1764), edificio del siglo XVII (1653) ampliado en el S. XIX (1864) con la larga tradición e historia que tiene en nuestra ciudad desde épocas en que el Camposanto se encontraba en esa misma parcela.

Esto en lo que respecta al inmueble, pero si algo es más preocupante es la comunidad viva que lleva aparejada el mismo. Una comunidad parroquial formada por una cofradía, dos hermandades y dos asociaciones; un activo grupo de Cáritas que asiste a cincuenta y tres familias; grupos de jóvenes y de catequesis de preparación para la Comunión y la Confirmación, así como una feligresía formada por miles de personas, civiles y militares, que acuden a su parroquia asiduamente y que también celebran en ella sus bodas y bautizos.

En este caso, como en otros que afectan a nuestra ciudad, es lamentable la actitud de los diversos organismos competentes de Defensa. Parece que para los mismos la Castrense es una patata caliente que quieren soltar como sea para eludir sus responsabilidades y extraña mucho la pretensión de darle 'mayor uso' cuando actualmente como parroquia no se le puede dar más que el que tiene, ya que la Real Parroquia Castrense del Santo Ángel Custodio de Cádiz, está muy viva y quiere seguir estándolo y que la dejen vivir y seguir adelante con su extraordinaria labor.