EL MORA OTRA VEZ

Hace unos pocos años, no recuerdo si dos o tres, los que añorábamos el Mora tuvimos la ocasión de volver a reunirnos y rememorar aquellos momentos vividos en el viejo Hospital. Para todos los que allí crecimos, aprendimos, y, por qué no, sufrimos nuestras angustias, primero de estudiantes y luego de médicos, fue un día especial en el que logramos revivir, por unas pocas horas, aquello que todos llamamos «el espíritu del Mora». Ahora, los estudiantes de sexto de Medicina, y seguramente influenciados por los comentarios que les habremos transmitido durante sus años de formación, han querido hacer reverdecer aquel «espíritu» organizando, no sin pocos esfuerzos, una exposición en la Facultad con recuerdos de aquellos años. Por problemas profesionales no pude asistir a la mesa redonda de su inauguración pero me consta que fue una auténtica fiesta de recuerdos y vivencias que transmitieron algunos de los «clásicos»: Evaristo, D. Juan Bartual, Fisco, Leonardo Casais, Moncho, Manolo López Doña y muchos más. Con sus recuerdos hicieron del acto una continuidad de lo que hoy tanto añoramos. Transmitir ese «espíritu» es difícil porque, como todo lo etéreo, no se puede describir. Los que nos formamos y convivimos durante tantos años teníamos un sentimiento del compañerismo y de la práctica médica difícil de explicar pero que, de una u otra forma, nos impregnó para siempre. En el Mora no existían diferencias pero se respetaba la jerarquía, se profesaba un gran respeto a nuestros maestros y aprendíamos de ellos no solo su ciencia sino también su sapiencia pero sobre todo su filosofía de vida. Hoy, que todos estos principios se pierden por el sistema de competitividad implantado hasta sus últimas consecuencias y en el que «todos» somos números, es cuando, cada vez más, echamos de menos aquel «espíritu». Cada vez somos menos pero el «espíritu del Mora», gracias a estos alumnos, no morirá con nosotros.