Editorial

Avanzadilla económica

España cuenta con empresas capaces de operar con éxito más allá de sus fronteras

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La economía española cuenta con subsectores competitivos cuyas empresas han sabido sortear la crisis y están llamadas a encabezar la recuperación. El BBVA ha identificado catorce segmentos de actividad que vienen siendo tan rentables o más que sus homólogos de Alemania, Francia e Italia, porque atesoran una notable experiencia en la internacionalización de sus mercados, ofrecen altos grados de cualificación profesional, son tecnológicamente intensivos y representan un importante atractivo para la inversión foránea. Dado que van desde el sector energético hasta los servicios orientados a satisfacer nuevas demandas sociales, pasando por la construcción aeronáutica o el comercio mayorista, es evidente que la muestra constituye un acicate para que compañías de muy diversa naturaleza atiendan preferentemente a aquellas vertientes de su actividad que resulten más pujantes. El cambio en el patrón de crecimiento que necesita la economía española no puede ser tanto el resultado de una estrategia institucional como la agregación de iniciativas que encuentren en ella las facilidades precisas. La recuperación va a aflorar la desigual realidad que conforma nuestra economía, con empresas capaces de operar exitosamente más allá de las fronteras europeas y otras limitadas a aspirar a una cuota de mercado nacional que les asegure la pervivencia. A España le resultará imposible seguir, aunque sea por detrás, el ritmo de crecimiento que apuntan las economías centrales de la Unión sin contar con el empuje de los subsectores competitivos que destaca el informe del BBVA. Pero parece evidente que, aportando una gran parte del valor añadido de la economía española, su actividad no será capaz de absorber el desempleo existente en la misma proporción. Hasta el punto de que, lastrada por las dificultades e incertidumbres que atraviesan los sectores más intensivos en mano de obra -empezando por la construcción- la lenta recuperación de España podría dar lugar a un panorama extremadamente dual de subsectores rentables que se aprovechen directamente del crecimiento mundial frente a otros que continúen manteniendo las altas tasas de paro que soportamos y un consumo interno retraído. Un riesgo que solo puede atajarse con la aplicación de las reformas estructurales en marcha.