Salgado explica a China las cuentas españolas en busca de su apoyo

La ministra de Economía, junto al de Industria, Miguel Sebastián, y la directora del Tesoro, Soledad Núñez, entre otros responsables económicos españoles, se entrevistó ayer con Li Keqiang, el viceprimer ministro del Consejo de Estado de la República Popular China y miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China.

El encuentro, enmarcado en una visita de tres días a España del mandatario chino como punto de partida de una gira europea, sirvió para exponer a Kequiang la situación de la economía y las finanzas nacionales. El objetivo, profundizar las relaciones comerciales e institucionales entre ambos países y, sobre todo, lograr que China mantenga su apoyo a la deuda pública española.

No hay que olvidar que China fue uno de los grandes compradores entre los extranjeros de las emisiones españolas durante la crisis de solvencia del pasado mes de mayo. Una colaboración que se mantuvo a finales del pasado ejercicio, durante el segundo gran embate del mercado contra la credibilidad de las letras, obligaciones y bonos nacionales. Todo apunta a que China no cambiará de actitud. Así se desprende del mensaje lanzado recientemente por Li Keqiang en forma de tribuna publicada en El País. Una misiva en la que el mandatario aplaudía las medidas de ajuste tomadas por el Gobierno «para el reajuste económico y financiero» y subrayaba la condición de su país coo «inversor responsable de largo plazo» en los mercados europeos y español. «Proseguiremos la adquisición de su deuda pública en el futuro», sentenció.

Empresas

Fuera del ámbito institucional, son las empresas españolas las grandes protagonistas del encuentro de cooperación hispano-chino. Está previsto que a primera hora de hoy Li Keqiang se reúna con un centenar de ejecutivos de firmas nacionales en un encuentro auspiciado por Industria y el Icex que servirá de antesala del posterior encuentro en el palacio de La Moncloa, donde se firmarán catorce convenios concretos de colaboración.

Esos acuerdos, de los que cuatro serán de carácter público, abarcarán ámbitos tan distintos como la energía, la ingeniería o la alimentación. El objetivo primordial es vender y cerrar canales de comunicación con la segunda potencia económica del mundo, a la que queremos vender hasta jamón ibérico o aceite de oliva.

El primero de entre los empresarios en 'hacerse la foto' fue, ayer, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien se reunión con su homólogo del gigante petrolero Sinopec, Su Shulin, en una cita en la que ambos ejecutivos acordaron buscar nuevas oportunidades conjuntas, más allá de su alianza en Brasil, en donde la china adquirirá un 40% de la filial carioca de Repsol.

«Existen grandes sinergias entre las dos compañías, que gozan de un buen entendimiento que servirá de base para continuar potenciando nuestra alianza», apuntó Brufau. Shulin, por su parte, subrayó su deseo que «este sea el inicio de una amplia y duradera alianza» en la que Sinopec «pondrá todo su empeño para consolidar la relación».

Otro de los 'ganadores' de la colaboración con China es Indra, que ha cerrado un contrato por valor de 19 millones de euros modernizar dos de los principales centros de control aéreo en Xian y Chengdu que, a su vez, ordenan el espacio aéreo de una extensión similar a toda Europa por la que circula gran parte del tráfico entre Europa y Asia-Pacífico. El pacto formará parte del Memorando de Intenciones que se rubricará en Moncloa y en el que, según fuentes empresariales, se abrirán vías de colaboración en multitud de sectores.