Integrantes de una patrulla estadounidense durante una misión nocturna en la provincia afgana de Kandahar. :: AP
MUNDO

La verdad de la guerra, al descubierto

Un informe filtrado en Internet descubre matanzas de inocentes, el doble juego de Pakistán y la financiación de grupos paramilitares

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Muchos y bien visibles tendrán que ser los cambios de la nueva estrategia norteamericana en Afganistán prometidos por el recién nombrado comandante en jefe de la guerra, general David Petraeus, para contrarrestar los demoledores relatos que aparecen en la que se conoce ya como la mayor filtración de documentos oficiales de la historia militar de Estados Unidos. Esos 90.000 folios secretos hechos públicos ayer por la web 'Wikilinks' confirman muchos de los peores temores sobre la acción de las fuerzas del Pentágono, como la muerte de cientos de civiles de los que nunca se informó, la existencia de tropas secretas especiales dedicadas a 'cazar' dirigentes insurgentes o la revelación de que los servicios de inteligencia paquistaníes han otorgado ayuda a los talibanes al mismo tiempo que Islamabad recibía más de 1.000 millones de dólares -770 millones de euros- anuales de Washington por su ayuda contra los insurgentes.

La Casa Blanca trató de defenderse del impacto del informe publicado de manera conjunta por los periódicos 'The Guardian', 'Der Spiegel' y 'The New York Times' con el argumento de que «pone en peligro las vidas de los estadounidenses y de nuestros socios», según palabras de la mano derecha de Barack Obama en materia Seguridad Nacional, general James Jones. Para tratar de minimizar el impacto sobre la actual Administración, el asesor presidencial subrayó que los documentos filtrados abarcan el período entre enero de 2004 y diciembre de 2009, la mayor parte durante el mandato de George W. Bush. Horas más tarde, el Pentágono elevó el tono de la respuesta oficial al considerar de «acto criminal» las filtraciones al tiempo que anunciaba una revisión a fondo la información para evitar «potenciales daños a nuestras tropas».

Pruebas ocultadas

Un pormenorizado recuento de los cientos de casos contenidos en el documento -algunos incluso elaborados en el presente año- muestra que Washington ha ocultado tanto pruebas de sus propias actuaciones fuera de la ley como del poderío militar acumulado por los talibanes y las sangrientas masacres que han protagonizado las tropas, matando hasta unos 2.000 civiles inocentes hasta la fecha. Según afirma el periódico 'The New York Times', mucha de la información publicada no es verificable, pero «numerosos informes se basan en fuentes que los militares consideran fiables».

Ante la gravedad de las revelaciones, algunos destacados demócratas han dejado de lado la polémica sobre la filtración para centrarse en su contenido. «Al margen de la manera ilegal en que estos documentos salieron a la luz, plantean serias interrogantes sobre la realidad de la política estadounidense hacia Pakistán y Afganistán», declaró el jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry.

Planes de asesinatos

En el análisis de los informes realizado se apunta que el Gobierno de Islamabad «permite a representantes de sus servicios secretos reunirse con los talibanes en sesiones secretas para organizar redes de grupos militantes que combaten a los soldados norteamericanos, e incluso traman planes para asesinar a líderes afganos».

El diario británico 'The Guardian' llega a la conclusión de que Estados Unidos cuenta con un grupo de élite que trabaja al margen de la ley orientado a matar a líderes talibanes o capturarlos sin juicio.

Por su parte, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, defendió ayer en Londres la publicación y fiabilidad de unos documentos que sugieren que en la contienda afgana se han producido crímenes de guerra. «Corresponde a un tribunal decidir si estamos o no ante un crimen».

«Hemos intentado asegurarnos de que este material no ponga a nadie en peligro. Todo tiene más de siete meses, por lo que no puede tener consecuencias operacionales, aunque pueda tenerlas en el terreno de la investigación», dijo. Para Assange, estas informaciones «permiten comprender qué ha sido la guerra durante los seis últimos años» y demuestran que «el curso de la guerra debe cambiar».