Los hermanos de Mercedes siguen preguntándose los motivos de su muerte

Cuando se pierde a un ser querido, aparece un sentimiento de vacío en aquellas personas que de una forma u otra participaron en la vida del fallecido. Los seis hermanos de Mercedes se reunieron ayer en el tanatorio para velar el cuerpo de su hermana. Junto a ellos, algunos de los vecinos se acercaron para apoyar a la familia que aún seguía sin explicarse lo sucedido. Horas antes de que se produjeran las dos detenciones, Emilio, uno de los hermanos sabía que «no había sido un accidente, es imposible». Antes de saber nada de los dos jóvenes presuntamente autores del asesinato expresaban a este medio su esperanza de que «cogieran al desgraciado que haya hecho esto», su plegaria fue escuchada. Después de que realizaran la autopsia al cadáver de Mercedes, sólo restaba velarlo y darle el último adiós. «Estamos todos aquí, llevándolo lo mejor que podamos. Una de las hermanas vivía en Madrid y llegó anoche para asistir al funeral». El marido de Mercedes, también recién llegado de la capital, no se encontraba por la tarde en el tanatorio. «Se ha ido a descansar un poco», cuenta Emilio, que añade que «lógicamente está destrozado». Hoy se reunirán de nuevo, junto a muchos de los vecinos, para despedirse de Mercedes. En los días próximos celebrarán una misa en la parroquia San Francisco Javier donde seis meses antes despidieron también a su madre.