Nibali celebra una de sus victorias de etapa. / AFP

Sin Contador ni Froome, el Tour le sonríe a Nibali

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Sin los favoritos Chris Froome, defensor del título, y Alberto Contador, ganador de la prueba en 2007 y 2009, el Tour de Francia 2014 parece sonreírle al italiano Vincenzo Nibali, sólido líder de la general tras la primera mitad de la competición, que este martes disfruta de su primer día de descanso.

El siciliano lleva una ventaja de más de dos minutos tras disputarse 1.782 km sobre los 3.661 del programa establecido hasta París, en el marco de una carrera que ha cambiado los pronósticos y su mayor suspenso lo guarda para el podio.

"No hay que subestimar a nadie", advirtió este martes Nibali. El 'Tiburón de Messina' ha ganado dos etapas, sacó ventaja en el empedrado del norte de Francia y afirmó su superioridad en la primera llegada en altura (La Planche des Belles Filles). En resumen, casi no dio pasos en falso hasta ahora.

"Corre bien, siempre adelante", estima Bernard Hinault, cinco veces ganador del Tour (entre 1978 y 1985), que no ve otra cosa que una caída para que el italiano quede en peligro.

De hecho, las caídas, que usualmente hacen una "limpieza" en las primeras etapas de la ronda gala antes de la llegada a la montaña, esta vez han eliminado a sus dos máximos favoritos desde la salida inicial de Leeds, donde todo se presentaba como un duelo Froome-Contador.

El británico sufrió tres caída y ni siquiera encaró los empredrados de la quinta etapa mientras que el español cayó en un descenso del farragoso y deslizante puerto Petit Ballon durante la décima etapa disputada este lunes.

Contador, quien sufrió una fractura de tibia, reveló este martes que perdió el control de su bicicleta cuando intentaba comer una barra de cereal y dominaba el manubrio con una sola mano. Entonces, le pilló desprevenido un bache y se fue al suelo. El abandono definitivo llegó unos kilómetros después cuando la fractura le impidió continuar montado en la bicicleta.

Antes de la alta montaña

En un segundo, el Tour cambió una vez más de guión. El que aprovechó fue Nibali, vigente campeón de Italia que sueña con convertirse en el tercer italiano en ganar la ronda gala en el último medio siglo (Gimondi en 1965 y Pantani en 1998).

Pero también la ruta se abrió para otros corredores. Ascendido a jefe de filas por el retiro de Froome, Richie Porte conduce la oposición. Este australiano valiente del Sky ha llevado adelante la caza en el ascenso de La Planche des Belles Filles y también es el que presenta las mejores referencias para la contrarreloj de Périgueux (20ª etapa), la víspera del paseo por los Campos Elíseos.

Nibali lo sabe y por eso apretó el acelerador en los Vosgos para llevar el margen a 2:23 como colchón de seguridad. Pero antes de llegar a esa cita decisiva, hay que pasar el conjunto de los grandes picos de esta 101ª edición.

El programa seduce a la nueva vanguardia francesa (clase 1990), bien ubicada para encarar la alta montaña con alguna esperanza. Romain Bardet y Thibaut Pinot deben jugar un papel principal. Este martes en Besanzón el ciclismo francés se ilusionaba pues con sorprender, al igual que el resto de los 'outsideres'.

Con tres representantes (Bardet 4º, Gallopin 5º, Pinot 6º) en los primeros puestos, y el veterano Jean-Christophe Péraud (37 años) en el octavo, los corredores locales se animan a soñar. Incluyendo, además, al español Alejandro Valverde (tercero), que se perfila para el podio que por ahora se le resiste.

Ocho candidatos, sumando al estadounidense Tejay Van Garderen y al portugués Rui Costa (siempre presente pero en la sombra), están separados por un minuto y medio y todos pueden tener ambición antes de las dos citas alpinas que marcarán el ritmo de la semana hasta las jornadas de reposo en Chamrousse (viernes) y Risoul (sábado).

"El Tour se jugará en los Pirineos", advierte Valverde. "Pero se puede perder todos los días", recuerda Pinot. Caídas, problemas de salud, clima... Variables que pueden modificar el guión de la competición ciclista más seguida del planeta.

Por primera vez en más de un siglo (1904), el pelotón del Tour no lleva en sus entrañas a un vencedor o un escolta de ediciones precedentes tras los abandonos de Froome y Contador. Mientras, Nibali sonríe.