El triunfo del perro-mono

Es negro, pequeño, ligero, y tiene un aire a Chewbacca. Lo conocen ya los criadores de todo el mundo. Se llama ‘Banana Joe V Tani kazari’ (en casa le llaman ‘Banana’) y es el mejor perro de competición del mundo. Así lo declararon el martes pasado en el Westminster Kennel Dog Show, una prueba a la que asiste lo más granado del mundo canino desde hace 137 años y que tiene lugar en el Madison Square Garden de Nueva York.

“Es perfecto”, dijo de ‘Banana Joe’ Michael Dougherty, el jurado del premio al mejor perro, un galardón que se ha llevado por primera vez un ejemplar de affenpinscher. Esta raza, originaria de Alemania, que no levanta más de 30 centímetros del suelo, se conoce desde el siglo XIV. Extravagante y reservado, aficionado a cazar conejos, se cree que proviene del terrier alemán y le viene el nombre de ‘affe’, que en alemán quiere decir mono. De hecho, hasta hace 150 años, se creía que estos simpáticos chuchos eran el cruce entre un mono y un perro. Con todo ese extraño bagaje salió el perro a la pista, y en su fluido trotecillo debió derrochar semejante encanto que lo hicieron campeón entre 2.700 perros de 187 razas. Es un pionero: nunca había ganado ninguno de su raza.

Su premio no está pagado en dinero, pero a partir de ahora, su vida en Holanda cambiará notablemente. Más bien la de su amo, que será el que aprecie la fama y los miles de dólares que le paguen por cada monta de este pequeño seductor. El perro también probó las mieles de la fama cuando abrió la sesión de la Bolsa de Nueva York, cosa que, se supone, le dejó indiferente. Se cree que le hizo más aprecio al filet mignon que le prepararon en el conocido restaurante Sardy’s y que le dio a degustar