FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Cómoda victoria de un Madrid gris y aburrido

Un gol afortunado y un penalti entregan el triunfo al equipo de Mourinho

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un gol afortunado de Higuaín y un penalti de Cristiano certificaron la cómoda victoria de un Real Madrid atascado, sin cantera y al ‘tran tran’ en un aburrido partido frente al Celta en el que el equipo de Mourinho estuvo muy gris, y el conjunto vigués nunca se creyó que podría dar un disgusto al campeón. Con el Madrid fuera de tono tras los partidos de selecciones y mermado en defensa por las lesiones, Mourinho volvió a demostrar que no confía en la cantera, porque prefirió al ‘multiusos’ Essien para el lateral izquierdo en vez de al defensa del filial Nacho. Aunque apostó por primera vez por juntar todo el talento en el medio campo -jugaron juntos Modric, Kaká y Özil-, el equipo blanco insistió demasiado por el centro y los atacantes no dejaron de estorbarse, hasta que salió Di María tras el descanso, dio otro aire al equipo y volvió la lógica al dibujo de Mourinho.

Al Madrid le bastaron un centro-chut de Higuaín, más intento de asistencia que lanzamiento a portería del argentino -el único tiro local que fue a portería en toda la primera parte- y un penalti provocado por Özil, para confirmar su gran superioridad sobre el Celta, al que no le salvó su organización frente a un rival que rebosa de calidad individual, aunque adolece de falta de energía y dejadez cuando el marcador le sonríe, aunque sea por la mínima. Así ocurrió muy pronto, al cuarto de hora, poco después de que el ‘Pipita’ asombrase con un tanto que pegó en el lateral derecho del Celta para llegar a la red y provocar la cara de sorpresa indisimulada de Mourinho, que pareció no alegrarse para nada de ese diana ‘de churro’ que en principio pareció un golazo.

En esa banda derecha del Madrid jugó, como se esperaba, Sergio Ramos, y aunque Essien tenía lógicamente opciones para el lateral izquierdo, el técnico portugués sorprendió al dejar fuera del once a Nacho y alinear al africano. El polivalente Essien cumplió en esa posición, aunque también es cierto que el Celta apenas le apretó durante todo el encuentro. Salvo en tres contraataques aislados en los que los visitantes pusieron a prueba al ahora injustamente cuestionado Casillas -la primera aún con 1-0 y la última, espectacular, a bocajarro, cuando el choque agonizaba-, los de Paco Herrera estuvieron más preocupados por defenderse ante el dominio blanco, que no se vio reflejado con más goles por la falta de puntería de Cristiano, desconocido en el remate de cabeza.

CR7, de izquierda a derecha

Cristiano, que parece otra vez triste, perdonó dos claras ocasiones con la testa y también tuvo un remate al larguero que podía haber sentenciado mucho antes el encuentro, poco después de la media hora, cuando el Madrid alternó un inicio prometedor, pleno de intensidad, con una alineación atrevida, con un insufrible ejercicio de apatía y enredo ofensivo. Con continuos intercambios de posiciones, pero con casi todos atacando por la zona central y con una lentitud exasperante, el Madrid se fue apagando y adormeciendo a su afición mientras el Celta, empujada por la clase del solitario Iago Aspas, crecía, aunque no lo suficiente para pensar en un empate.

Toda la suerte que tuvo Higuaín le faltó a CR7, que se movió por todas las zonas de ataque, porque aunque partió, como siempre, desde la izquierda, actuó también de delantero centro, e incluso se fue a la banda derecha que parecía estar destinada a Di María, cuando el Madrid perdió en el primer tiempo el control del partido, con todos alternándose en distintas posiciones. Hasta que Di María salió para ocupar la banda derecha y llevar de nuevo al portugués a la izquierda, el atasco por el centro en la primera parte fue monumental, mientras atrás, Xabi Alonso y Modric vivían con mucha tranquilidad. Ante la ausencia del lesionado Khedira -debería estar recuperado para el miércoles en Dortmund- y con Essien en el lateral, Modric tuvo su oportunidad como pareja del guipuzcoano, aunque el croata volvió a pasar desapercibido y apenas tuvo un destello. Como casi todos sus compañeros, en un mal encuentro que ya se ha visto muchas veces en el Bernabéu.