El milagro del ‘Cholo’

El Atlético «va en serio», «se lo cree» y encuentra «razones para soñar». Titulares de este tipo encabezan este lunes la información del equipo rojiblanco, colíder después de siete jornadas. Unas conclusiones de desbordante optimismo colchonero que contrastan que las reflexiones del chileno Manuel Pellegrini nada más acabar el choque de ‘outsiders’ que cerró jornada en el Vicente Calderón. «El Atlético tiene equipo para pelear por la tercera plaza. No tiene ninguna posibilidad de luchar por la Liga», zanjó el expreparador madridista, siempre ponderado y reflexivo. Ycolocó a los de Simeone en el mismo grupo del Málaga, el Sevilla, el Valencia o el Athletic.

Pese a que acumulan medio año y 19 partidos sin conocer la derrota -desde que cayeron ante el Real Madrid en el derbi del pasado 11 de abril en El Manzanares por un inapelable 1-4-, en el vestuario nadie saca pecho. Son los aficionados y los periodistas los que recuerdan que este club no disfrutaba de un momento así desde hace 17 años. En el curso 95-96, el del ‘doblete’ que acabó con el reinado del ‘dream team’ de Johan Cruyff, el Atlético era líder y también sumaba seis victorias y un empate en Liga.

Dos títulos de la Europa League y dos Supercopas de Europa en tres temporadas, el baño al Chelsea en Mónaco y el récord absoluto de 15 victorias consecutivas en el ‘viejo continente’, animan a pensar que este Atlético no es flor de un día. Mantenerse hasta el final en pugna con los dos grandes supone un reto impensable por jugadores y presupuesto, pero si uno se agarra a los números observa que los del Calderón están como el Barça, a ocho puntos del Real Madrid y Sevilla y once del Valencia, con solo 21 disputados.

Simeone exige a sus discípulos no hacer cuentas, al menos en público, ni pensar más allá del siguiente partido. Por eso, sellado el triunfo agónico ante los costasoleños por gol que unos dan a Falcao pero el colegiado Pérez Lasa se lo atribuye a Weligton en propia meta, nadie se salía del guión. Solo se hablaba del duelo ante el Málaga y del que se avecina, ante la Real Sociedad en Anoeta, tras el parón por los compromisos de selecciones nacionales.

«Intensidad y compromiso»

«Nos remitimos a los hechos, no a las palabras. Ganamos al Málaga, un grandísimo rival, con un gran técnico y magníficos jugadores, por intensidad y compromiso. Ahora, el único objetivo es prepararse para San Sebastián. Los números y las estadísticas están ahí, para que la prensa y los aficionados jueguen con ello, pero nuestra única realidad es el próximo partido», argumentó Simeone. «Vernos en esta situación de privilegio en la Liga, después de tantos años es bueno, pero siempre desde la realidad, que es la de enfocar cada partido de la mejor manera, yendo poco a poco», insistió.

«No podemos bajar los brazos. Siempre el próximo rival es el más importante. Ahora toca la selección y a la vuelta, a pensar solo en la Real», apostilló Falcao, líder del ‘Pichichi’ con nueve goles según las cuentas de ‘Marça’, el medio que concede el trofeo.

El ‘Cholo’ aportó una de las claves del éxito. «La fortaleza del grupo es el punto más alto de este equipo. Todos los chicos están siempre disponibles. El más eufórico es el presidente, Enrique Cerezo. «Así de gusto. Con esta garra y esta fuerza podemos llegar muy lejos», se felicitaba en zona de palco, donde estuvo Roberto Mancini, técnico del Manchester City, para seguir ‘in situ’ los movimientos del ‘Tigre’ Falcao.

Es indudable que Simeone ha transformado a un equipo que juega como entrena y encarna en el campo el espíritu de su técnico en el banquillo. Y no es un tópico. Los jugadores, con Falcao a la cabeza, disputa cada balón como si fuera el último. «Quiero un equipo que presione, se junte, robe y sea veloz y concreto. Que recupere la idiosincrasia del Atlético», dijo Simeone al aterrizar en diciembre. Yla intensidad de sus jugadores solo es comparable con la que se observa en los partidos de la ‘Premier’. A día de hoy, el equipo está enorme físicamente. Realizó una exigente pretemporada, con hasta tres sesiones diarias en tierras segovianas, y se preparó para llegar a punto a la Supercopa. ¿Aguantará el ritmo? Esa es la pregunta del millón. No se puede correr tanto todo el año pero Simeone está rotando, y mucho. En Europa juega con el equipo B. Emplea prácticamente a toda su plantilla. Hasta 20 jugadores se sienten importantes.

Estabilidad

Juegue quien juegue, el equipo no se resiente. Raúl García, al fin ovacionado en el Calderón, Emre o el ‘Cebolla’ Rodríguez, crecen. Incluso sin Falcao, el Atlético supo ganar en feudo del Espanyol y al Hapoel de Tel Aviv y el Viktoria Pilsen, sus dos primeros rivales europeos. Es un equipo con fe, convencido de lo que hace, con profesionales que reman en la misma dirección y se sienten capaces de ganar en el descuento. La forma de festejar los goles en el banquillo, demuestra que hay unión. Tras años fichando medianías, el Atlético ha encontrado estabilidad en el centro del campo con hombres de la casa. Mario Suárez y Gabi lideran al equipo y exhiben gran sentido táctico. Los madrileños también dominan la estrategia. Así ganaron los dos últimos encuentros.

Más allá del juego, más intenso que bello, y de los resultados, Simeone ha obrado un milagro:llevó la paz social a un club en permanente guerra civil entre la afición y los dueños de la entidad. El ‘Cholo’ es un icono. Une a todos los estamentos. No se escuchan ya ni lejanos ecos de los conocidos gritos de «Gil cabrón...» o «Cerezo, queremos tu pescuezo». La grada está entregada a la causa. Y cuando todo el Atlético entra en ebullición, es peligroso para cualquiera. De la autodestrucción al clímax colectivo en cuestión de meses.