versión muda y taurina de 'Blancanieves'

Érase una vez... Una historia de hijas, madrastras y abuelas

Macarena García, Ángela Molina y Maribel Verdú ofrecen una nueva versión del cuento de los hermanos Grimm

MADRID Actualizado: Guardar
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Nunca antes nos habían contado el cuento de los hermanos Grimm así. La malvada madrastra (Maribel Verdú) es enfermera y, en la película, se llama Encarna. La abuela de Blancanieves (Ángela Molina) se llama doña Concha y se hace cargo de su nieta, huérfana desde el mismo día que nace. Los siete enanitos son enanos-toreros que trabajan en un circo. La dulce Blancanieves (Macarena García) se llama Carmen y es hija de un famoso matador de toros que recuerda a Juan Belmonte. Y la película, que es muda, en blanco y negro, y candidata a representar a nuestro país en los Oscar, se estrena hoy sábado en el Festival de Cine de San Sebastián. Unos días antes, Mujer hoy ha reunido a sus protagonistas para que nos hablen de este filme, que ya es para muchos una obra de arte.

Mujer hoy. A Macarena la hemos visto en series ('Amar en tiempos revueltos', 'Luna, el misterio de Calenda'...) y ahora debuta en el cine con dos estrellas. No es mal comienzo...

Macarena García. Es increíble. Maribel y Ángela son mujeres a las que he admirado toda la vida. Siempre he pensado: “Yo, de mayor, quiero ser así”. Lo que más me ha sorprendido es la alegría que tienen en los rodajes. Yo estoy nerviosa, intento concentrarme... Ellas lo disfrutan más: se emocionan, se ríen, contagian su alegría.

¿Su veteranía impone?

Macarena. Claro, aunque casi todas mis escenas han sido con los enanitos. Con Ángela no he rodado ninguna, la veía por los pasillos. En una escena con Maribel, me puse supernerviosa. Me dije: contrólate, aprovecha la oportunidad... ¡fue increíble!

Maribel, qué malísima es usted en esta película, resulta odiosa.

Maribel Verdú. ¡Claro! [risas]. ¡Como tiene que ser la madrastra! He disfrutado haciendo sufrir a los demás, siendo mala porque sí, sin justificarme: mala de profesión. Siempre me han tocado papeles de sufridora, de mujer dura que tiene que tirar para delante... Este me ha parecido un papel maravilloso.

¡Quién les iba a decir a los hermanos Grimm que su cuento terminaría siendo tan gótico, tan perverso! Con el papelón que hace, ni sus sobrinos se van a acercar a usted a partir de ahora.

Maribel. No tengo sobrinos, mis hermanas tampoco tienen niños,es contagioso [sonríe]. Pero tengo mogollón de hijos de mis amigos, a los que he visto crecer desde pequeños, que me adoran y que están deseando ir a ver cómo hago de madrastra. Yo no soy ningún ogro ni tengo nada contra los niños.

Sé que este tema lo lleva fatal: no hay ni una sola entrevista sin que le pregunten por su nula inclinación a la maternidad.

Maribel. Si quieres, podemos hablar de esto 15 minutos, pero estoy harta de este tema... Los niños me gustan y esto no tiene nada que ver con querer tener hijos o no. Son circunstancias personales que no tengo por qué explicar (se enfada).

Le molesta más de lo que creía…

Maribel. Mucho, yo no pregunto que por qué la gente quiere ser madre ni insulto a quienes quieren hijos. ¡Que cada uno haga lo-que-qui-era!

No se enfade...

Maribel. Es que no aguanto que en cada entrevista estemos con el mismo tema. ¡No lo so-por-to!, estoy harta.

Venía al hilo de su papel de madrastra...

Maribel. Es que primero es el cuándo te casas; luego el cuándo tienes hijos; después, que si los bautizas... ¡Me harta este tema! Yo no quiero vivir como vive mucha gente, ni quiero hacer lo que todos.

Por cierto, la han hecho 'abuelastra' en la vida real (su marido, Pedro Larrañaga, acaba de tener su primer nieto).

Maribel. ¿Ves? Y estoy encantada. No hace falta tenerlos: soy madrastra, y ahora 'abuelastra'... Y mi relación con los niños es maravillosa.

Ángela, usted no puede estar más en su papel de abuela, en la vida real y en la ficción.

Ángela Molina. Abuela total, más feliz no puedo estar. Pero ya me hubiera gustado hacer el papel de madrastra... Lo hubiera disfrutado bestialmente. Es de una manipulación y una maldad terribles. Para un actor tiene que ser una satisfacción hacer un papel así de intenso, es un trabajo extrañísimo y complicado. Pero, entre nosotras, prefiero ser abuela que madrastra. (Más información en MujerHoy.com)