«Hay que renunciar al análisis de izquierdas y derechas»

Si existiera una piscina llena de optimismo, Eduardo Punset sería el primero en ponerse el bañador y lanzarse de cabeza. Lo haría con esa sonrisa picarona que le caracteriza. Porque el científico barcelonés (cosecha de 1936), exministro con Suárez y probablemente el divulgador más conocido por el gran público, está convencido de que todo pasa por el optimismo. Es la clave para que este mundo nuestro gire. "Cualquier tiempo pasado fue peor y cualquier periodo futuro será mejor", afirma con rotundidad. Y para expresar con mayor claridad todas sus ideas, publica un nuevo libro, 'Viaje al optimismo. Las claves del futuro' (Destino) donde también reflexiona sobre los muchos problemas y las virtudes del mundo que nos rodea.

Punset asevera que le cuesta participar "en este pesimismo generalizado" porque siempre hay más argumentos para el optimismo que para lo contrario. "En cada década, la esperanza de vida aumenta dos años y medio", argumenta con convicción. Al mostrarse contrario a un problema global, también niega la existencia de una crisis económica planetaria. "Esto es una mentira. Hay países que están creciendo y hay otros cuantos que se han endeudado de forma excesiva. Lo que hay que saber es qué ha pasado exactamente porque estamos frente a una crisis específica en países concretos", reflexiona el científico.

¿Cómo? Desde luego, no según los parámetros tradicionales. "Lo primero que hay que hacer, y es difícil en un país tan dogmático como éste, es renunciar a hacer un análisis de la realidad según sea de izquierdas o derechas. La ciencia me dice que no se puede analizar así la realidad", añade. Esto obliga a cambiar también nuestra perspectiva del trabajo. "El siglo XX fue el de la distribución de la riqueza. Ahora, el siglo XXI tiene que ser el de la distribución del trabajo". Punset vuelve al tema de la edad: "Tal vez la jornada laboral, en el futuro, sea la mitad y así podamos aumentar la edad de jubilación".

Juventud y educación

El presentador del programa 'Redes' también tiene claro que la juventud debe jugar un papel más fundamental que el que ha tenido hasta el momento. "A lo largo de la historia, cuando había una crisis la gente confiaba en los jóvenes. Y eso ahora se ha olvidado. Los jóvenes no están", comenta Punset, que aboga porque se le dé más participación en la toma de decisiones. "Voy a muchas fundaciones, por ejemplo, que solo están llenos de viejos", indica con media sonrisa. Esa juventud también tiene que recibir una nueva educación para ser mejor; un sistema educativo que incluya la gestión emotiva. "Nadie ha hablado de las emociones a lo largo de la historia. Creo que es el momento de hacerlo ahora", apunta. Punset está convencido de la necesidad de explicar qué es la solidaridad, cómo se puede enfatizar con el prójimo. Para lograrlo considera vital que los niños más jóvenes sean "inundados de afecto" para que sientan la curiosidad intelectual necesaria.

"Tenemos que cambiar las cosas porque las competencias que me dieron a mí, no están funcionando con los más jóvenes. Nos han hecho creer que lo más importante es aprender. Pero tanto o más importante es desaprender las tonterías del pasado", concluye el optimista Punset.