Los ruteros caminan por las cercanías de Chiclayo. / Álvaro Vicente
Ruta Quetzal

La expedición se despide del Perú

Se traslada a España para recorrer Navarra y la costa del Cantábrico hasta llegar a Lisboa

CHICLAYO (PERÚ) Actualizado: Guardar
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Conferencias, marchas por la selva, visitas a museos... La primera parte de la Ruta Quetzal BBVA 2011 llega a su fin. Espera el norte de la península española, desde Navarra a Lisboa. Han sido más de dos semanas en las que los ruteros han descubierto un país con enormes posibilidades de crecimiento pero que, quizás condicionado por su orografía y sus complicadas conexiones por carretera, todavía está lejos de otros países de su entorno como Chile o Argentina. Los jóvenes han pasado de la belleza y el bullicio de Lima a la playa de Huanchaco pasando por el desierto y terminando en la selva del Amazonas. Ahora sí, ya no hay ninguno de los 225 ruteros que no conozca el trabajo que realizó el obispo navarro Martínez de Compañón en su etapa el frente de la diócesis de Trujillo.

Zaña, a 51 kilómetros de Chiclayo, puso el punto final a esta primera parte de la aventura en el país andino. La visita a esta ciudad, ahora decadente, pero que siglos atrás fue uno de los centros prósperos debido a la riqueza de sus tierras, terminó con la entrega de un retrato de Martínez de Compañón a las autoridades locales. Y es que el obispo navarro publicó un mapa topográfico de la provincia de Zaña, en la que en los siglos XVII-XVIII se llegaron a construir hasta siete iglesias.

Igual que los ruteros tuvieron oportunidad de conocer en Huancas una cultura quechua, en Zaña entendieron el origen de los peruanos de color. Los españoles al instalarse en Zaña durante la Colonia, trasladaron esclavos africanos para el trabajo agrícola y de servicio. Zaña servía de entrada hacia la sierra norte vía Cajamarca, y además era un lugar intermedio entre dos valles significativos, el Jequetepeque y el Lambayeque, tradicionalmente poblados y prósperos. La prosperidad económica derivada de su localización y la explotación de los recursos posibilitó el desarrollo de Zaña en el siglo XVI. La opulencia de la ciudad, sin embargo, atrajo la codicia de los piratas. El 4 de marzo de 1686 el pirata Edward Davis invadió y saqueo la ciudad. Y por si fuera poco drama, en marzo de 1720, las fuertes lluvias desbordaron el río, lo que obligó al abandono de la ciudad y al traslado de sus ocupantes. Hoy Zaña es una ciudad calurosa, sin movimiento en las calles, y en la que solo quedan los restos de las templos religiosos que visitaron los ruteros. Atravesar el río Zaña fue la última fotografía Quetzal en el Perú. Hoy la expedición volará desde Lima a Madrid. El campamento quedará instalado en las instalaciones del Canal de Isabel II.