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El Inter, rey del mundo

El cuestionado Rafa Benítez conquista su primer título con los lombardos frente a un Mazembe congoleño que ya hizo historia al disputar la final en Abu Dhabi

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Rafa Benítez estaba virtualmente destituido antes del Mundial de clubes pero ya puede presumir de su primer título con el Inter de Milán. La sonrisa en el palco del presidente Massimo Moratti hacen presagiar que el técnico español salvará la cabeza. Un galardón para la historia en un torneo muy devaluado que cierra el ciclo de Abu Dhabi, antes de regresar a Japón los dos próximos años. El Mazembe congoleño, primer campeón africano que se metía en la final del torneo tras sorprender al Pachuca mexicano y al Inter de Porto Alegre brasileño, no fue rival para el campeón de Europa y cayó por un 3-0 inapelable.

El Inter , ganador de la antigua Copa Intercontinental en los años 1964 y 65 pero nunca hasta este sábado del 'Mundialito', cierra un año mágico con cinco títulos. No ha repetido el pleno anterior del Barça fue porque lo impidió el siempre imprevisible Atlético en la Supercopa de Europa celebrada el verano pasado en Montecarlo. Con este éxito, el 'viejo continente' logra su cuarta corona en este Mundial y rompe el equilibrio con Sudamérica.

Los 'neroazzurri' supieron manejar sin agobios la presión del favorito. Igual que en la semifinal ante los surcoreanos, resolvieron la cita en los primeros minutos y luego se dedicaron a manejar la renta con cierta suficiencia. Les faltaba Sneijder, lesionado en ese duelo, y el 'muro' Walter Samuel, pero incluso con su equipo suplente deberían ganar siempre a los africanos, animosos, luchadores, con físico imponente pero unas lagunas tácticas y mentales tremendas.

Eto'o, determinante

El camerunés Eto'o, muy motivado ante sus colegas continentales, resultó determinante. A los doce minutos, vio el desmarque de Pandev y le dio un pase magnífico para que el macedonio marcase tras un buen control y una tímida salida de Kidiabi. Cinco minutos después, cuando los congoleños todavía se lamentaban por su desajuste defensivo, el ex azulgrana aprovechaba un balón suelto en la frontal para cruzarla con la derecha, lejos del lento portero.

Tras anotar su 35º gol en siete competiciones diferentes con el Inter , Eto'o corrió hacia el banquillo para abrazarse al viejo Materazzi y festejarlo con dos bolsas blancas de plástico, una en cada mano. El choque pudo llegar al descanso con goleada, pero Diego Milito no tuvo su día. Se plantó dos veces solo delante del portero, pero Kidiabi le ganó en el mano a mano. En la otra área, Julio César disfrutaba de una tarde de lo más cómoda. Apenas vio como el colombiano Córdoba se lanzaba, valiente, para desviar un disparo peligroso.

Tan fácil lo vieron los lombardos que en la reanudación sestearon en el Zayed Sport City. Se vinieron exageradamente atrás, aunque Benítez les pedía desde el banquillo que salieran de la cueva y defendiera más arriba, y permitieron crecerse a los africanos. Por fin tuvo que lucirse el cancerbero brasileño.

Calentó para atajar un tiro lejano, y a diez minutos del final, salvó un remate a bocajarro del inocente Kaliyutuka. Apenas un par de sustos, dos anécdotas antes de que el francés Biabiany, fichado del Parma, rubricase el triunfo tras driblar al portero. Fue bonito llegar hasta aquí pero África se quedó en puertas de la gloria de clubes en el año en que organizaron su Mundial de selecciones.