Los celíacos piden una reforma fiscal que reduzca los precios de los alimentos sin gluten

Q uizás para algunas personas sea aún una desconocida, pero para otras muchas la enfermedad celíaca está a la orden del día, ya que esta patología, que consiste en la intolerancia al gluten del trigo, cebada, centeno y avena, está presente en muchas familias. En Castilla-La Mancha afecta a miles de personas, que en las últimas fechas están reclamando una reforma fiscal para que se equiparen los precios de los productos normales a los sin gluten, debido al alto coste de estos últimos.

En la Asociación de Celíacos de Castilla-La Mancha (ACCLM) hay inscritos unos 1.300 socios o unidades familiares, aunque el número será el doble o superior, ya que dentro de cada familia puede haber más de un enfermo, al tratarse de una enfermedad con predisposición genética.

Pues bien, según informa la presidenta de esta organización a ABC, Ana Martínez-Tébar, cada celíaco gasta al año una media de más de 2.200 euros en la compra de alimentos sin gluten, poniendo como ejemplo que una barra de pan sin gluten tiene un precio de 2,10 euros.

En el caso de Castilla-La Mancha, cada enfermo celíaco recibía una ayuda anual de 300 euros para la compra alimentos sin gluten entre 2007 y 2009, recuerda la presidenta de ACCLM, quien, sin embargo, reconoce que ahora no hay ningún tipo de subvención. “Hay muchas familias que ahora, debido a la crisis, no pueden gastar tanto dinero para mantener una dieta equilibrada”, lamenta Martínez-Tébar, quien dice que, ya que no es posible el restablecimiento de estas ayudas, es necesario que se equiparen los precios de los productos sin gluten a los normales.

El tratamiento de la enfermedad celíaca consiste únicamente en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Estas personas deben basar su dieta en alimentos naturales -legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas- y en cereales sin gluten, como arroz y maíz. Además, deben evitarse, en la medida de lo posible, los alimentos elaborados y/o envasados, ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia de gluten.

Según destaca la presidenta de ACCLM, más del 80% de los productos llevan gluten en los supermercados, donde es fácil hacer una comparativa de los precios de los alimentos sin gluten a los que sí lo llevan. Cada año la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) edita una lista de los alimentos aptos para las personas con esta enfermedad, en la que se puede ver de manera más clara la diferencia de precios.

Lista de precios

Así pues, al acudir a la lista de precios de los productos editada por FACE en 2015, se observa que, por ejemplo, mientras que un kilo de macarrones normales cuesta 1,18 euros de media, el mismo producto sin gluten asciende a 4,84 euros. Otro claro ejemplo es el de las galletas, ya que mientras un kilo con gluten tiene un valor medio de 1,93 euros, sin gluten costaría 7,79 euros; o cuando un kilo de croquetas normales cuesta 2,78 euros de media, si son sin gluten llegan a los 12,18 euros.

Además de la diferencia de precios tan abismal, el principal problema que se encuentran los celíacos es cuando tienen que comer fuera de casa, ya que en bares, restaurantes y otros locales hosteleros no hay el control de alimentos que requiere una persona con la enfermedad. Este inconveniente se acentúa más si cabe en el caso de los niños, pues, según cuenta Martínez-Tébar, madre también de un niño celíaco, hay que hacerle entender que no puede probar muchas cosas que comen sus amigos o compañeros de colegio.

Por lo tanto, la presidenta de ACCLM hace hincapié en la labor educativa para enseñar a los pequeños, e incluso a algunos mayores, los hábitos alimenticios que deben seguir para llevar una vida saludable. De lo contrario, si un celíaco no cumple con su dieta, alerta, la enfermedad puede derivar en problemas de salud más serios, como cáncer digestivo, anemia, infertilidad, diabetes, hipertiroidismo, epilepsia o depresión, entre otras cosas.

Sin embargo, Martínez-Tébar afirma que en la actualidad, gracias a un examen clínico y una analítica de sangre o una biopsia intestinal, si es necesario, se puede hacer un diagnóstico certero de la enfermedad. Y, en todo caso, asegura, los celíacos llevan una vida totalmente normal si cumplen con la dieta alimenticia.