España sigue sin legislar la venta de insectos para alimentación humana

Desde el 1 de enero de 2018, grillos, moscas y gusanos se comercializan y han abierto un negocio emergente

Los productores europeos prevén alcanzar las 100.000 toneladas en los próximos años

El grillo acheta doméstica FOTOS CEDIDAS POR MEALFOOD EUROPE
Érika Montañés

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Para quien quiera poner una bandeja de insectos en la mesa y comérsela, debe saber que España no ha desarrollado todavía una legislación específica que adapte el nuevo reglamento de alimentos de la Unión Europea, que entró en vigor el pasado 1 de enero, y que regulaba la entrada de la llamada «novel food» (nuevos alimentos) en la cocina. Dentro de la nueva lista de productos autorizados para las dietas que aprobó la Comisión Europea, los insectos ocupaban (por su valor proteico y nutricional) un papel estelar. No obstante, reunidos ayer en Madrid los principales representantes del sector, se contrastó que «la situación en España no es fácil porque no hay una legislación propia», afirmó el biólogo del Instituto Tecnológico danés Lars-Hernik Lau Heckmann, miembro de la Plataforma Internacional de Insectos para Alimentación Animal y Humana (IPFF, en sus siglas en inglés).

Para la vicepresidenta de IPFF, la española Adriana Casillas, copromotora en Doñinos (Salamanca), de la empresa MealFood Europe, «solo se ha autorizado para petfood (o comida para mascotas) y para acuicultura», pero no para alimentación humana, por lo que dado que en España no está permitido todavía la comercialización de insectos para consumo humano «hay que ir con mucho cuidado para no dar pasos en falso en la industria». O al encontrarse una hamburguesa de grillos en un restaurante, por ejemplo, cosa que está sucediendo en diversos locales que intentan abrirse un hueco en el mercado con este gancho.

Sin permiso sanitario

Desde IPFF se están manteniendo diversas reuniones con la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición ( Aecosan ), para que el Ministerio de Sanidad abra la mano y autorice la venta de este producto, con todas las garantías sanitarias, algo que a día de hoy no sucede, según comentó Casillas a ABC.

Tras la Asamblea General de IPFF que ha congregado en Madrid a 37 empresas dedicadas a este sector, su presidente, Antoine Hubert, cifró en unas 100.000 toneladas de producción de insectos las que las 42 entidades miembro tienen previsto alcanzar en un plazo vista de dos a cinco años. Francia y Holadan, por ejemplo, son países donde la legislación ha tomado ventaja respecto a la española, y por ello, grandes cadenas, como Carrefour, ya disponen en sus estantes de bandejas de insectos.

«En España hemos pedido que se retirasen y si no se ha hecho del todo, estará a punto», confiesa Casillas, a falta de resolver esos flecos legales. Para que una empresa pueda vender insectos, hongos o productos elaborados con nuevas técnicas para alimentación humana, tiene que remitir su proyecto al organismo competente en Bruselas, la Autoridad Europea de Salud Alimentaria o EFSA, conseguir la autorización comercial pertinente y esperar a que cada Estado legisle sobre la producción de insectos como «importante fuente de proteínas», indicó Hubert. En nuestro país, requerirá de un permiso de Sanidad para garantizar su entrada en el mercado y posterior venta, que aún no está dispensando para comida humana.

Los directivos de IPFF apuntillaron que la industria está creciendo de forma rápida en estos momentos, por lo que las perspectivas comerciales son amplias pero para ello debe haber una base legislativa en cada país. «Dentro de poco tiempo, será mucho más sencillo vender insectos elaborados en Europa», aseguró Lau Heckmann.

Alimentación animal y humana

En el ámbito de la alimentación animal, en empresas como la española MealFood Europe se están empleando sobre todo dos especies: la mosca negra soldado y el tenebrio molitor o escarabajo de la harina. El desafío en este ámbito, según comentaron ayer varios productores europeos, como el alemán Heinrich Katz , tesorero de Hermetia, está en la entrada en el sector avícola (para pollos, fundamentalmente) y en el porcino.

En cambio, para el consumo humano, se «pueden producir muchas más especies, como dos tipos de grillos domésticos y otros dos tipos de gusanos», dijo Casillas.

El biólogo danés afirmó, por su parte, que a la carencia de regulación y a la cantidad de producción de un alimento concreto, la tercera traba que puede encontrar el sector es la falta de aceptación por parte de los consumidores. Aunque Europa, especialmente los jóvenes, está abierta a «nuevos sabores» , aseguran los productores de insectos como fuente nutritiva.

Según la directiva europea que normaliza estos alimentos, que refrenda la FAO o la organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, ayudarán a combatir los índices de hambre en el mundo, siendo una fuente accesible de alimentación para el hombre y el ganado.

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