Las autoridades sanitarias de Inglaterra tachan de «cuento» que un vaso de vino diario proteja el corazón

Han revisado los límites de consumo seguro de alcohol tras relacionar la ingesta de bebidas espirituosas con el cáncer

Londres Actualizado: Guardar
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Inglaterra ha encarado por fin uno de sus grandes problemas sociales, el consumo desaforado de alcohol. Las autoridades sanitarias han revisado 20 años después los límites de ingesta semanal segura y los han endurecido, bajándolos de 21 unidades semanales en los varones a 14 unidades tanto para hombres como mujeres (6 pintas de cerveza a la semana o 7 copas de vino).

La relación de los británicos con el alcohol es constante y desaforada. Se bebe desde primeras horas y se ven copas de vino hasta en los cines y los teatros. La pinta (medio litro de cerveza) es la medida social estándar y en los supermercados hay un festival de alcohol en las estanterías.

El problema es tan serio que una comisión parlamentaria de todos los partidos concluyó que existe una «pandemia nacional».

Según el Parlamento, la bebida le cuesta cada año al país 27.000 millones de euros, 14.000 de ellos en juicios y acción policial. El alcohol aparece en más de la mitad de los crímenes violentos.

Las autoridades sanitarias han revisado los límites de consumo seguro de alcohol para Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, porque han llegado a la conclusión de que existe una relación entre beber y contraer cáncer, sobre todo de boca, garganta, intestino y pecho.

La responsable del servicio médico de Inglaterra, Sally Davies, asegura que relacionar alcohol y cáncer «no es alarmismo, sino pura ciencia», y plantea algunos ejemplos: «Si tomas un muestra de mil mujeres, 110 tendrán cáncer de pecho. Si superas los límites de bebida que hemos fijado ahora, lo tendrán 20 más. Si doblas nuestras recomendaciones, serán 50. En el caso del cáncer de intestino en los hombres, si siguen bebiendo según las guías seguras el riesgo es el mismo que si no beben. Pero siguiendo el límite anterior de consumo, habría 20 casos más de cáncer de intestino. Son hechos».

Incluso bebiendo moderadamente, las autoridades sanitarias indican que debe haber varios días a las semana de alcohol cero. Tampoco vale ahorrar las unidades no bebiendo algunos días para luego juntarlas en un atracón de uno o dos días de fin de semana.

El anterior límite era de 21 unidades semanales para hombres y 14 para mujeres. Ahora será idéntico para ellos y ellas: 14 unidades por semana. Esa igualación ha sido criticada por las asociaciones empresariales de bebidas, que dicen que es insólita en el mundo y que es muy rigorista con los hombres respecto a sus pares del resto de Europa.

Un chupito de alcohol es una unidad. Un vaso de vino de 175 ml (2,1 unidades). Un vaso grande de vino de 250 ml (3). Una pinta de cerveza ligera (2,3). Una pinta de cerveza fuerte (2,8).

Un aspecto controvertido, sobre todo visto desde los países latinos y su dieta mediterránea, es que las autoridades sanitarias inglesas fulminan el mito del vasito de vino tinto diario que beneficia al corazón. «Eso es un cuento de viejas esposas», replica Sally Davies, que asegura que se han sobreestimado los beneficios del vino. Eso sí, admite que en mayores de 55 años puede haber una ayuda al corazón con un consumo de no más de cinco unidades por semana (es decir, menos de tres copas de vino).

Las autoridades sanitarias quieren acabar con la idea de que es seguro beber a diario si se hace con moderación. En el caso de las embarazadas exigen alcohol cero.

Los países donde más se bebe

Según la OMS, el 28% de los británicos tuvieron un episodio de borrachera el mes pasado, frente a una media mundial del 16%. El Reino Unido ocupa el puesto décimo tercero en consumo excesivo. El líder mundial es Bielorrusia (con 17,5 libros de alcohol puro anuales), seguido por Moldavia, Lituania y Rusia. La cifra inglesa es de 11,6 (cierto que España anda cerca, 11,2), frente a un 6,7 de Italia y el 9,2 de Estados Unidos.

Los últimos estudios detectan dos nuevos grupos de riesgo: las mujeres y las clases medias acomodadas mayores de 50 años. Se alerta de que muchas madres han tomado la costumbre de regalarse un vaso de vino o una copa tras acostar a sus hijos. También se dispara el culto al alcohol en los hogares con el síndrome del nido vacío tras la marcha de los vástagos.

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