El investigador Romain Quidanten su laboratorio en elInstituto de Ciencias Fotónicas (ICFO)
El investigador Romain Quidanten su laboratorio en elInstituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) - inés baucells

Nanochips de oro que detectan el cáncer

Un minúsculo dispositivo con nanopartículas de oro predice el riesgo a sufrir la enfermedad con una sola gota de sangre

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En un horizonte no muy lejano, dentro de un lustro aproximadamente, una persona podrá conocer su riesgo de padecer cáncer sometiéndose a una prueba sencilla y barata, similar a la de las tiras reactivas que señalan, en base a una sola gota de sangre, el nivel glucosa en el organismo. Con esta analítica «exprés» el propio médico de cabecera o, incluso el farmacéutico, determinarán si una persona es o no es candidata a sufrir la enfermedad. Gracias a este dispositivo, con nanopartículas de oro que reaccionan a la acción de la luz, los oncólogos podrán cerrar antes un diagnóstico y avanzar en el tratamiento, cogiendo ventaja a la patología.

La sofisticada tecnología que soporta esta prueba la ha desarrollado un equipo de científicos liderado por el investigador Romain Quidant, del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), adscrito a la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

Quidant, que la pasada semana recibió el Premio Nacional de Investigación en la categoría de Talento Joven por sus trabajos en el campo de la nanoóptica, señala en declaraciones a ABC que «el gran avance que supone esta tecnología es que permite detectar el cáncer en fases tempranas».

El diminuto laboratorio que ha diseñado, integrado en un minísculo chip y que tendrá un coste casi simbólico, integra varios sensores distribuidos en una red de microcanales de fluidos. En la superficie de este minilaboratorio están incorporadas las nanopartículas de oro que atraen a los marcadores de proteínas que circulan en la sangre. En el chip se inyecta una gota de sangre y los marcadores del cáncer, al pasar por los microcanales del chip, provocan cambios en la "resonancia plasmódica". El dispositivo monitorea estos cambios y el resultado, en función de la concentración de estos marcadores biológicos, indica que el paciente tiene riesgo o no de padecer la enfermedad.

«Las nanopartículas las hemos diseñado para que sean sensibles a la luz (interactúan con una banda del espectro visible) y combinadas con ésta adquieran un color muy vivo ante la presencia de concentraciones, aunque sean muy bajas, de determinadas moléculas», explica el investigador. Añade que este tipo de técnica con nanosensores se ha desarrollado ya para detectar sustancias dopantes, como los esteroides que utilizan algunos deportistas. «Ahora lo hemos extendido a los marcadores del cáncer», precisa el experto.

Quidant es consciente de que laciencia que él practica, que aún no está en los libros, tiene su tiempo de maduración y, en ocasiones, tarda muchos años en llegar a la sociedad. Sin embargo, en el caso de este dispositivo, que, según afirma, «ya cuenta con el beneplácito de los oncólogos» sus previsiones son mucho más optimistas.

«Dentro de entre tres y cinco años podría estar disponible», señala Quidant. Matiza, no obstante, que prefiere no hacer vaticinios sobre el tiempo que tardará el sistema sanitario público en integrar esta tecnología. «Lo que puedo afirmar es que estará ya lista para ser utilizada, lo otro se me escapa. Ahora estamos en la fase de transferencia, de conseguir un dispositivo útil», aclara.

Un primer cribaje

Su dispositivo se ha diseñado como un instrumento para ayudar a los médicos a identificar de forma precoz a aquellos pacientes con alto riesgo de padecer la enfermedad. «Es un primer cribaje, que no invalida otras analíticas mucho más complejas y caras», señala Quidant.

«Si el resultado es que una persona tiene riesgo a padecer la enfermedad, deberá ser derivada a un hospital para someterse a análisis más exhaustivos», apunta el investigador. Otra de las grandes ventajas será su bajo coste y su portabilidad. «Tendrá un coste simbólico. No creo que supere los 10 euros, porque los materiales son baratos, incluso el oro porque son partículas muy diminutas», avanza el científico.

La fácil manejabilidad del aparato hará también que la prueba pueda realizar el médico de cabecera o incluso el farmacéutico. «Cuando vayamos a mirarnos el azúcar, el colesterol o la tensión a la farmacia, podremos saber también nuestro riesgo de padecer cáncer», concluye Quidant. Este joven investigador de origen francés, que realizó su tesis doctoral en la Universidad de Borgoña (Francia), asume el Premio Nacional de Investigación, organizado por la Fundación catalana para la Investigación, con «doble satisfacción». «Desde el punto de vista profesional estoy satisfecho porque es un reconocimiento a mi trabajo, y, desde un punto de vista personal, porque siento realmente que he sido bien acogido en Cataluña, donde he desarrollado el grueso de mi carrera», concluye.

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