El Papa, a los musulmanes: «Los líderes religiosos tenemos que denunciar toda violación de los derechos humanos»

En su visita al Departamento de Asuntos Religiosos, el organismo estatal que controla la religión musulmana y las demás religiones en Turquía, el Papa Francisco volvió a calificar de «verdaderamente trágica la situación en Medio Oriente, especialmente en Siria e Irak», donde se están produciendo «violencias de todo tipo». El Diyanet no sólo paga los sueldos de todos los muftíes, imanes y muecines sino que prepara las prédicas de cada viernes en las mezquitas y redacta los libros de texto de toda la enseñanza coránica.

Como había hecho poco antes en el palacio presidencial, el Papa recordó que las minorías étnicas y religiosas, sobre todo los cristianos y los yasidíes «han sufrido violencias inhumanas», han sido «expulsados por la fuerza de sus casas y han tenido que abandonar todo para salvar la vida y no renegar de su fe».

El Santo Padre denunció que «la violencia ha golpeado incluso los edificios sagrados, los monumentos religiosos simbólicos y el patrimonio cultural, casi como para borrar toda huella, toda memoria de los demás».

Ante ese cuadro en que sobre todo «un grupo extremista y fundamentalista» -es decir, el Estado Islámico-, intenta justificar su violencia en nombre del Islam, el Papa insistió en que los líderes religiosos deben mostrar en público sus buenas relaciones para enviar a sus respectivas comunidades el mensaje de que «el respeto y la amistad son posibles a pesar de las diferencias».

El Santo Padre insistió en que «los líderes religiosos tenemos la obligación de denunciar todas las violaciones de la dignidad y los derechos humanos» pues «la vida humana, don de Dios Creador, posee un carácter sagrado». Precisamente por su falsedad, «la violencia que busca una justificación religiosa merece la condena más fuerte porque el Omnipotente es Dios de la vida y de la paz».

El Papa añadió que «nosotros, los musulmanes y los cristianos, somos depositarios de valiosos tesoros espirituales» entre los que figuran «la adoración de Dios misericordioso, la referencia a Abraham, la oración, la limosna y el ayuno», elementos que contribuyen a la hermandad entre las personas.

El Santo Padre volará el sábado por la mañana a Estambul, donde será recibido en el aeropuerto por el Patriarca Ecuménico Bartolomé I. Su primera actividad será visitar la Mezquita Azul, como hizo en su día Benedicto XVI. A continuación visitará el museo de Santa Sofía. Después dedicará el resto del sábado y todo el domingo a encuentros con los católicos y los ortodoxos, con quienes celebrará la fiesta de San Andrés, patrono de la Iglesia Ortodoxa.