REUTERS

La relación dispar de los ministros con la cartera de Sanidad

La ministra de Sanidad presenta su dimisión tras ser señalada por el juez Ruz como posible benefactora de las corruptelas de su exmarido Jesús Sepúlveda

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La ministra de Sanidad, Ana Mato, ha decidido anunciar hoy su dimisión después de que el juez Ruz, que instruye el caso Gürtel, la señalara esta misma mañana como «partícipe a título lucrativo» en los delitos cometidos por su marido, el excalcalde de Pozuelo de Alarcón Jesús Sepúlveda.

A estas alturas parecía que nada iba a poder con Mato. Señalada en varias ocasiones, primero a cuenta de la trama Gürtel y después tras una criticada gestión de la crisis del ébola y en la que incluso la vicepresidenta del Gobierno llegó a desautorizarla, no ha sido hasta hoy cuando, tras el dedo acusador de Pablo Ruz, Mato ha querido poner punto y final a su etapa en el Ejecutivo: «No quiero, bajo ningún concepto, que mi permanencia pueda ser utilizada para perjudicar al Gobierno de España, a su presidente ni tampoco al Partido Popular», ha dicho en un comunicado.

[Lee aquí el comunicado de Ana Mato]

Caso Gürtel

Varias han sido las ocasiones en que el caso Gürtel ha salpicado a Ana Mato. Varios informes dieron cuenta hace tiempo de la presunta implicación de Jesús Sepúlveda, exmarido de la exministra, en la trama. De hecho, un informe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF), llegó a señalar a Mato como beneficiaria de las presuntas corruptelas de su entonces pareja. Viajes a Dublín, Canarias, Jerez de la Frontera, regalos y fiestas de cumpleaños serían algunos de los «extras» de los que Mato habría disfrutado presuntamente gracias a la trama. En dicho documento, además, se hacía constar como la ministra se había beneficiado de artículos de lujo o enventos familiares cuyo coste superarían los 11.000 euros.

Crisis del ébola

Pero Mato no solo ha tenido que hacer frente a las acusaciones de corrupción. La reciente crisis del ébola acaecida en España tras el contagio accidental de la auxiliar de enfermería, Teresa Romero, dejaron a la titular de Sanidad en evidencia en uno de los momentos más críticos para su cartera. Una rueda de prensa en la que apenas articuló palabra y que fue duramente criticada por los medios fue solo la antesala del papel secundario que la ministra ha tenido durante la crisis.

[El PP salva a Ana Mato de que el Congreso exija su dimisión]

De hecho, a pocos días de aquella rueda de prensa urgente tras el contagio de Romero, la vicepresidenta del Gobierno no dudó en desautorizar a Mato anunciando, tras el Consejo de Ministros, que sería ella y no la ministra la encargada de asumir el mando en la gestión de la crisis. Ana Mato desaparecía así de escena la misma semana en que España se convirtía en el primer país europeo en sufrir un contagio por el virus. A pesar de las constantes peticiones de dimisión por miembros de la oposición, la ministra no dudó en continuar al frente de la cartera.

Otros ministros que resistieron

Lamentablemente, la del ébola no ha sido la única crisis sanitaria a la que nuestro país ha tenido que enfrentarse. La Gripe A que azotó a España en 2009 provocó que Trinidad Jiménez, entonces ministra del Gobierno de Zapatero, tuviera que comparecer hasta en cinco ocasiones para dar explicaciones de su gestión.

El momento más crítico se vivió cuando una pandemia de gripe A, derivada de la gripe porcina, provocó la muerte de 17 personas. El brote afectó al cuartel militar de Hoyo de Manzanares, donde se diagnosticaron 21 casos y otros 78 estuvieron en estudio y aislados. Carme Chacón, entonces ministra de Defensa y Trinidad Jiménez, que ocupaba la cartera de Sanidad, fueron en aquel momento objeto de las críticas por la gestión de la crisis.

Años antes, en el 2000, también el entonces Gobierno popular tuvo que batallar por la crisis sanitaria de las denominadas «vacas locas». El entonces secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió la dimisión de los ministros de Sanidad y Agricultura, Celia Villalobos y Miguel Arias Cañete, respectivamente, y reclamó la entrada en el Gobierno de personas «con ideas nuevas». Ninguno de los titulares dimitió entonces.

Esta claro que, en el caso de Mato, es la acusación de Pablo Ruz lo que pone hoy punto y final a la historia de un ministerio colmado de altibajos. El peor final a sus tres décadas en el Partido Popular.

Ver los comentarios