La nueva indicación permite el uso de eribulina para el tratamiento de pacientes con cáncer de mama metastásico
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Luz verde al uso de la eribulina como fármaco de segunda línea en metástasis

Un estudio demuestra que reduce en un 30% el riesgo de mortalidad en los subgrupos de cáncer de mama más agresivos

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El Ministerio de Sanidad aprobó el pasado 1 de agosto el uso de la eribulina (que se comercializa con el nombre de Halaven) como tratamiento de segunda línea y posteriores en los subgrupos de cáncer de mama más agresivos y de peor pronóstico, los HER2-negativo y los Triple Negativo (TN).

La Agencia Europea del Medicamento ( EMA) propuso esta nueva indicación tras evaluar los resultados de un estudio clínico que demuestra que el citado quimioterápico obtiene, en términos de supervivencia global, una reducción del riesgo de mortalidad de un 30% en los citados subgrupos de cáncer de mama.

La nueva indicación, recientemente aprobada, permite el uso de eribulina para el tratamiento de pacientes con cáncer de mama metastásico (CMM) o localmente avanzado que ha progresado tras al menos un régimen quimioterapéutico para la enfermedad avanzada.

La terapia previa debe haber incluido una antraciclina y un taxano, ya sea en un contexto adyuvante o metastásico, a menos que dicho tratamiento no fuese apto para las pacientes.

El análisis combinado de los datos de los estudios (EMBRACE, de 2011 y liderado por el oncólogo Javier Cortés, y el estudio 301, más reciente) determina que la administración de eribulina «incrementa significativamente la supervivencia global en el grupo de pacientes con tumores HER2-negativo y TN», afirma Cortés. En los tumores HER2-negativo, una vez que la hormonoterapia deja de ser eficaz, es necesario aplicar la quimioterapia convencional, existiendo pocos tratamientos dirigidos. En los TN, la terapia hormonal no es una opción terapéutica. «La eribulina responde a la necesidad de nuevas opciones de tratamiento para las mujeres con cáncer de mama avanzado que hayan recibido, previamente, tratamiento de quimioterapia», asegura el oncólogo.

Ficha por el Ramón y Cajal

«Estamos ante una de las mejoras más importantes de la historia de este tipo de tumores», concluye Javier Cortés.

El oncólogo, hasta ahora director del Programa de Cáncer de Mama del Instituto de Oncología del Hospital Vall d’Hebron (VHIO) de Barcelona, ha sido normbrado responsable de la Sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

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