Alimentación en Papúa Nueva Guinea
Alimentación en Papúa Nueva Guinea - Andrew Greenhill

El estilo de vida occidental puede limitar la diversidad de la flora intestinal

Los habitantes de países más industrializados, como EE.UU., tiene una menor riqueza en sus bacterias intestinales, algo que tiene efecto sobre la salud

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Un análisis del microbioma intestinal de los habitantes de Papúa Nueva Guinea y EE.UU. que se publica en « Cell Reports» sugiere que el estilo de vida occidental puede disminuir la variedad de bacterias presentes en nuestro tracto gastrointestinal mediante la limitación de su capacidad de transmisión entre humanos.

Las bacterias que se encuentran de forma natural en el intestino o flora intestinal son importantes para la salud, pero estudios recientes muestran que un estilo de vida moderno agota la colección de los microbios del intestino, aunque hasta no estaba claro cómo el estilo de vida afecta a la diversidad del «microbioma». «Hay varios aspectos del estilo de vida occidental que han planteado la hipótesis de que alteran el microbioma intestinal y disminuyen la diversidad», explica el autor principal, Jens Walter, de la Universidad de Alberta (Canadá). «Esto incluye la dieta, el saneamiento y las prácticas clínicas, como el uso de antibióticos y las cesáreas, pero no hay una comprensión sobre cómo alteran nuestros microbiomas», añade.

Vida tradicional

Los investigadores compararon las bacterias fecales de los adultos en dos regiones rurales no industrializadas de Papúa Nueva Guinea con las de residentes en EE.UU. Papúa Nueva Guinea sigue siendo uno de los países menos urbanizados del mundo y los individuos analizados tienen un estilo de vida tradicional basado en la agricultura de subsistencia.

Los resultados mostraron que los habitantes de Papúa Nueva Guinea tienen un microbioma con mayor diversidad bacteriana, una variación interindividual más baja y una composición con perfiles muy diferentes en comparación con los residentes de EE.UU., que carecen de aproximadamente 50 tipos de bacterias que forman el núcleo del microbioma en Papua Nueva Guinea.

Además, el análisis reveló que la importancia relativa de los procesos ecológicos que estructuran la microbiota intestinal difiere en las sociedades occidentalizadas y no industrializadas. En concreto, la dispersión de bacterias, o la capacidad de las bacterias para pasar de un individuo a otro, parece ser el proceso dominante que da forma a la colección de bacterias intestinales en los habitantes de Papúa Nueva Guinea, pero no en los de los residentes de EE.UU.

Prácticas de estilo de vida que reducen la dispersión bacteriana -saneamiento y el tratamiento del agua potable- podrían ser una causa importante de alteraciones del microbioma

«Los hallazgos sugieren que las prácticas de estilo de vida que reducen la dispersión bacteriana -específicamente el saneamiento y el tratamiento del agua potable- podrían ser una causa importante de alteraciones del microbioma -señala Walter- Por eso, proponemos un modelo basado en la teoría ecológica ajustado a los datos y con una explicación de la disminución de la diversidad de la microbiota en las sociedades urbanas industrializadas», afirma.

En este sentido, la información obtenida en este estudio tiene implicaciones para la salud humana, dado que las alteraciones en el microbioma asociadas a la occidentalización podrían contribuir al aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles en los países industrializados. Sin embargo, los investigadores señalaron la importancia de tener precaución a la hora de cuestionar las prácticas específicas de vida moderna porque, en general, la salud y la esperanza de vida es mayor en las sociedades occidentalizadas.

«No obstante, podemos pensar en cómo reducir los daños colaterales de las prácticas de estilo de vida moderna en el microbioma intestinal sin poner en peligro los beneficios», propone el coautor Andrew Greenhill, catedrático de Microbiología de la Federación Universitaria de Australia. «Los resultados de este estudio proporcionan información que podría emplearse para desarrollar estrategias para prevenir y corregir el impacto de la occidentalización y potencialmente apoyar la dispersión y la transmisión de microbios que han sido erradicados», plantea.

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