Alimentación infantil: ¿Qué hacemos mal?

El 23% de los escolares españoles de entre 6 y 9 años presentan sobrepeso y el 17% obesidad, pero sus padres consideran que tienen una talla normal

Un 60% de los escolares encuestados para Aladino incluía habitualmente en su desayuno galletas, un 45,2% cereales de desayuno y solo dos de cada diez tomaban fruta fresca en la primera comida del día ABC

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« Tampoco come tanto », esta es una de las frases que más se repiten en las consultas de los dietistas-nutricionistas cuando se les pregunta a las familias por los patrones de alimentación del hijo que sufre exceso de kilos . Y es que, tal y como refleja el último estudio Aladino de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), nueve de cada diez progenitores de escolares con sobrepeso y cuatro de cada diez padres de niños obesos consideran que su pequeño tiene una talla normal . El informe de 2019 refleja que el 23,3% de los escolares de 6 a 9 años presentan sobrepeso y el 17,3% obesidad .

La alimentación, la actividad física y el ambiente familiar son determinantes en esta ecuación. Por ejemplo, un 60% de los escolares encuestados para Aladino incluía habitualmente en su desayuno galletas , un 45,2% cereales de desayuno y solo dos de cada diez tomaban fruta fresca en la primera comida del día. «Uno de los principales errores que se cometen es pensar que como son niños no pasa nada , que ya darán el estirón y que son inmunes a la comida basura, que no les afecta y que solo lo hacemos de vez en cuando», advierte Paula Crespo, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas Nutricionistas de la Comunidad Valenciana (Codinucova).

La realidad muchas veces es que, cuando se le pide a los padres que apunten durante dos semanas lo que come el niño, se dan cuenta de que ese «de vez en cuando» no es ocasional sino diario . «El día que no es galleta es cruasán o cereales de desayuno. Hay una falta de conciencia de lo que se está comiendo. Mucha gente quiere comer bien pero no sabe cómo por falta de educación nutricional», añade Crespo. Y aquí entra en juego, además de la responsabilidad de los ciudadanos, la política alimentaria.

El Gobierno ha hecho este año dos anuncios en relación a la lucha contra la obesidad: su intención de aumentar los impuestos a las bebidas azucaradas y prohibir los anuncios de comida no saludable dirigidos a menores de 15 años. En opinión de la presidenta de Codinucova, hay que ir más allá. «No es suficiente, hay que darle herramientas a la gente para que cuando vea el producto en las tiendas sepa identificar que no es saludable», afirma. Y pone como ejemplo un programa que se lleva a cabo en Japón, donde incluyen la asignatura de educación nutricional en los colegios . «Redujeron el 20% la obesidad infantil en dos años. No hay que hacer una inversión grande sino tener voluntad y legislar en ese sentido», apunta.

El Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad Valenciana ha denunciado también el incremento en el último año del precio de los productos frescos , que es de hasta el 10% en el caso de la fruta. Esto dificulta la elección de alimentos saludables a la hora de hacer la compra. Una brecha entre hogares según la renta que también refleja el estudio Aladino: La frecuencia de obesidad es del 23,2% entre las familias de renta baja (menos de 18.000 euros al año), frente al 11,9% entre las familias de renta alta (más de 30.000 euros).

Desde la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo) también consideran que las campañas actuales para prevenir la obesidad infantil se quedan cortas. «Es mucho mejor invertir en la calidad de la comida del colegio y en educación nutricional . Y bajar el precio de lo saludable: frutas, verduras, aceite de oliva... porque la obesidad tiene mucho sesgo de situación socioeconómica», apunta la profesora doctora Amelia Martí del Moral , responsable del Grupo de Obesidad infantil de la Seedo.

La buena noticia es que es posible hacer una cesta de la compra asequible y saludable . «Si se planifica no es caro. Nos falta planificación. Muchas veces vas a comprar sin saber, se acumulan las cosas en casa y se acaba tirando mucha comida. Tampoco hay que ir a comprar con hambre», advierte Paula Crespo. La base de la cesta de la compra tiene que ser fruta, verdura, hortalizas y legumbres, versiones integrales de cereales, pan, pasta y arroz; frutos secos, carne fresca, pescados, huevos, lácteos y lácteos fermentados naturales.

Evitar problemas crónicos: diabetes, obesidad...

La obesidad en la infancia no es solo una cuestión estética. Los kilos de más exponen a sufrir de joven enfermedades que históricamente han sido de personas mayores , como la diabetes tipo 2, hipertensión , hipercolesterolemia ... En definitiva, patologías que aumentan el riesgo de tener una expectativa de vida más baja. Tampoco es una condición pasajera, si no se trata. «Una vez que el sobrepeso se instaura en la adolescencia, un 70% será obeso de adulto», advierte la doctora Amelia Martí del Moral, quien apunta que detrás de estas cifras hay un abuso de bebidas azucaradas y comidas preparadas , además de falta de ejercicio.

Para esquivar las tentaciones lo mejor es no tener almacenados en casa productos poco saludables , entender que el agua es siempre la bebida de elección y evitar ofrecer la comida como premio o castigo, explica la portavoz de Seedo. ¿Qué cosas no deberían estar de forma habitual en nuestra despensa? Pues según la opinión de las expertas consultadas por ABC Salud tendríamos que evitar galletas, bollería, cereales azucarados, lácteos azucarados, refrescos y zumos industriales, aperitivos de bolsa, embutidos y precocinados.

Otro error en el que caen muchas familias es que cada miembro come una cosa. Es difícil convencer a un niño de que tiene que tomar fruta o verdura si sus padres no la prueban. « Los niños no tiene que comer diferente, solo menos cantidad . Si rechaza un alimento de primeras, no hay que obligar, pero tampoco hay que dejar de comerlo en casa. Tiene que estar a la vista para motivar a que lo pruebe», aconseja Paula Crespo. De la misma opinión es la doctora Amelia Martí: «Ningún niño deja de tomar una cosa que ve comer a los padres». «El ambiente en la comida tiene que ser relajado, en familia, sin pantallas , con horas fijas, sin picoteo entre horas, y que el ejemplo de los padres sea el mejor posible», resume la portavoz de Seedo.

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