RETABLOS FLAMENCOS

Ojo al dato

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Recuerdo que hace algunos años, durante la celebración de una Bienal de Sevilla, se comenzó a realizar una serie de encuestas para cifrar, con la relativa exactitud de las mismas, el número de turistas que atrae el flamenco exclusivamente. Y ya tenemos los datos que acaba de confirmar el observatorio de la empresa pública Turismo Andaluz: más de 600.000 turistas vienen a las Andalucías en busca del flamenco. Pero hay más. La masa de japoneses, alemanes, americanos, italianos y demás, en su perfil de visitantes dejan más pasta que los turistas convencionales, los de sol y playa, por citar un ejemplo. «Un gasto muy por encima de la media, con respecto a los otros», según reciente rueda de prensa.

Por otro lado, nuestros políticos siguen con su eterna dialéctica sobre el paro en la provincia de Cádiz. Como siempre, los de la oposición hablan de cifras alarmantes, los del Gobierno de cifras relativas... Pero en las oficinas del INEM la lista de desempleados suma y sigue, sin saber dónde vamos a llegar.

Claro está que, el nuestro es un problema histórico. Se llevaron las cadenas de producción y las grandes fábricas al norte y a cambio nos dejaron guitarras, zapatos de baile y algunas letras contestatarias para calmar los ánimos. Pero hete aquí, que aquellas músicas tabernarias y desoladas son hoy de un valor económico sin precedentes. Sí, el flamenco es cultura, pero también industria. Una industria que está en todos los sitios menos en la provincia de Cádiz, siendo ésta la que ha aportado más y mejor a la historia del género jondo. Madrid, Sevilla, Málaga, Murcia... ya nos llevan años de ventaja en esto de sacar beneficios.

Hoy por hoy, salvo el Festival de Baile de Jerez que atrae a ciudadanos de más de 40 países, nuestra provincia no cuenta con reclamos estables de importancia pese a tener todas las materias primas. Pudiera resultar paradójico pero en el fondo es un problema de incapacidad manifiesta, cuando menos.

Es como hablar en el desierto, pero estos datos me vuelven a soliviantar. Se pueden crear rutas, eventos con tirón utilizando una mancomunidad cada vez mejor comunicada, bienales, encuentros, centros de formación... que los primos vienen con jurdó del bueno y aquí está la pringá. A ver si naquerando así me entienden algunos, que tampoco podemos exigirles un mayor nivel de comprensión.