CÁDIZ

El chirigotero más acuartetado

Tras triunfar en cuartetos y tomarse un descanso carnavalesco, el 'Bati' lleva tres finales seguidas en chirigotas

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Al oír el nombre de Fernando Casas de Ciria muchos carnavaleros no saben a quién nos referimos, pero, si les aclaramos que se trata del popular Batidora de Cádiz, todos ellos caen la cuenta de que hablamos de uno de los máximos exponentes de la modalidad de cuartetos durante los 90.

Inmerso en una nueva aventura, el Bati cumple su cuarto carnaval como componente de la chirigota de los Carapapa. Fue en Octubre de 2002 cuando los hermanos Márquez Mateos le propusieron formar parte de su agrupación a partir del carnaval de 2003. Dicho y hecho. Al llegar febrero, Fernando se metió en la piel de Don Quijote para participar en la chirigota Don Quijote concervantes y colorantes. Y no le pudo ir mejor. Tras haberse quedado fuera de la final anterior con el Comando PUPA, la chirigota fue, a juicio del jurado oficial, la tercera mejor de ese año.

Se puede decir que el Bati se ha convertido en el talismán de los Carapapa, que nunca habían podido entrar en dos finales seguidas, pero se han clasificado para las tres últimas, desde que el excuartetero entró a formar parte del grupo. Y es que el Batidora es todo un experto en premios, que, a pesar de que tan sólo ha participado concursando en nueve ocasiones, se ha clasificado para siete finales. Un altísimo porcentaje de éxito que ya quisieran para sí mismos multitud de autores con muchos más carnavales a sus espaldas.

Su curriculum en el Falla se inicia en 1995, cuando se lanzó a la aventura de participar en un cuarteto, la modalidad más difícil. Sin experiencia previa. Sin anestesia. Del tirón. Demostrando que los artistas no le tienen miedo a nada, salió airoso de su primera experiencia sobre las tablas del teatro. Aladín instantáneo no pasó las preliminares, pero arrancó los aplausos de un público que disfrutó de lo lindo con su actuación. Y eso que tan sólo habían ensayado las letras de Vera Luque durante un mes y medio.

Al año siguiente, el cuarteto rozó las semifinales con El último cartucho, a las que no pasaron por tan sólo un punto. Pero, a partir de ahí, el cuarteto comenzó a cosechar lo sembrado y los aficionados al carnaval ya tenían un nuevo ídolo a quien seguir año tras año. En 1997, Cuarteto local no sólo pasó a la fase semifinal, sino que se coló en la gran final y se llevó el tercer premio. Fernando tocó la gloria junto a sus compañeros, José Francisco Chouza y José Luis Piulestán.

Pero ese tercer premio sólo fue el preludio de un trienio de dominio absoluto del cuarteto del Batidora, que se alzó con el primer premio en 1998, 1999 y 2000, con Encadenados, Peña Los Pejigueras y Doble o nada -todos con José Antonio Vera Luque como autor-.

A pesar de su aplastante dominio en la modalidad, el cuarteto terminó por disolverse. De esta forma, tras seis años, Fernando se tomó un descanso. De esta forma, en 2001 no participó en ninguna agrupación. Eso sí, formó parte del jurado del premio Coplas para Andalucía.

En 2002, muchos esperaban su regreso, pero no fue así. Como él mismo confiesa ahora, llegó a pensar en no participar más en el concurso. «Ya había tenido la experiencia, había ganado y no me planteaba volver», afirma el Bati. Pero, como enamorado del carnaval que es, le volvió a picar el gusanillo y fue el fichaje estrella de los Carapapa en 2003.

Con la chirigota está viviendo nuevas experiencias. Nada más y nada menos que 42 ciudades visitó para actuar con los Pavos Reales, cuyo CD llegó a manos de l mismísimo Rey Don Juan Carlos, al que, casualmente, encarnaba Fernando.

De apariencia tímida y bonachona, Fernando Casas se transforma cada vez que se enfunda un tipo. Como buen artista, deja de lado esa timidez para hacer las delicias de un público entregado a su arte. Aún en la chirigota, el Bati sigue demostrando sus grandes dotes de cuartetero. Y que sea por muchos años.