La cuadratura del círculo

Pues tampoco esta semana habrá Gobierno. Rajoy ha advertido que si no tiene apoyos declinará presentarse a la investidura. Tras el episodio bochornoso de Valencia las circunstancias no son las más adecuadas para que alguien cambie de opinión y le apoye. Todo apunta a Sánchez, que primero tendrá que convencer a los presuntos candidatos a pactar sin contar con los independentistas y, más tarde, a los del comité federal que exigen que se conozca el contenido del pacto, incluida la letra pequeña, antes de someterlo al voto de la militancia. ¿Será posible conocer el contenido de los acuerdos a los que el líder socialista llegará con Podemos? ¿Será verdad que Rivera apoyará un acuerdo en el que estén Pablo Iglesias y sus «mareas» territoriales? ¿Será cierto que los independentistas se abstendrán a cambio de nada?

Ya recomendó Alfonso Guerra al candidato socialista que lo mejor sería que contara toda la verdad sobre los posibles pactos, pues de lo contrario se volverían contra él. Pero Pedro Sánchez, que sabe que puede llegar a ser presidente de España de carambola, no lo va a hacer. Si durante la semana previa al comité federal el candidato socialista ha engañado a los principales dirigentes de su partido ocultándoles que iba a consultar con la militancia el acuerdo de Gobierno por qué no va a engañarles otra vez. Susana Díaz, que percibe el peligro, ha sido la primera en advertir que se dé a conocer no sólo con quién se pacta sino por qué y para qué. Nadie cree que Podemos haya renunciado a los referéndums de autodeterminación, entre otras cosas porque casi el 40 por ciento de los votantes de Iglesias son nacionalistas radicales. Tampoco es creíble que PNV y el bloque independentista catalán apoye o se abstenga a la propuesta de crear un frente popular en el Gobierno a cambio de nada. Y luego está Rivera, que no estaba dispuesto a transigir ni con Podemos ni con los secesionistas.

Mientras más reivindica Sánchez el «programa, programa, programa» más ambiguas son sus propuestas y más oscuras sus negociaciones. Aún así, si para desgracia de España el líder socialista logra la cuadratura del círculo, habrá sido a costa de dividir a su propio partido y cederle la jefatura de la oposición a Podemos, que lo quitará de en medio en el momento oportuno. Una desgracia nacional, vamos. Ante este panorama repetir las elecciones se presenta como el mal menor, pues al menos desconocemos hoy por hoy quiénes serán los candidatos y cuáles serán los resultados.

@aybarrapacheco