Nandi Migueles - OPINIÓN

Un nuevo Patronato

¿Tan difícil era conseguir tal transformación? ¿Era una misión tan imposible como algunos nos querían convencer?

Nandi Migueles
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Por fin un importante paso dado a favor de nuestro concurso de agrupaciones tras muchos años de incertidumbre y de palos de ciego. Se tuvo que ir doña Teófila Martínez y por consiguiente don Vicente Sánchez para que se comenzaran a hacer las cosas con un poco más de sentido común. Un patronato donde estuviesen representadas todas las modalidades participantes en el Concurso, además de los creadores de las mismas y un consejo de veteranos con antifaces de oro. ¿Tan difícil era conseguir tal transformación? ¿Era una misión tan imposible como algunos nos querían convencer? La deducción es fácil, así era cómo les interesaba tener a ese patronato, tanto al Consistorio como a algunas asociaciones y personalidades de la fiesta apoltronados.

Los motivos estaban muy claros. El principal, el protagonismo por encima del bien común, además de esos privilegios que conllevaba el formar parte del mismo. Ahora por fin todos se sienten representados y con voz dentro de un órgano con participación ciudadana y directa, el cual intenta no dejar a nadie fuera de él, salvo y de buena lógica, a colectivos formados por un solo miembro o particulares. El patronato debe de velar y trabajar por la conveniencia de todos o su mayoría. Ya está bien de tirar de la cuerda cada uno para su lado sin importar quien caiga del otro. Debe de mirar al futuro sin olvidar el pasado. Ni todo lo anterior fue malo ni todo lo moderno es válido. Sin que sirva de pretencioso por mi parte los nuevos colectivos integrados y alguno que repite, deberían de tomar como ejemplo la manera de llevar las propuestas de sus asociados al patronato y el mecanismo sencillo y democrático que realiza la asociación de coristas Ascoga. Cualquier punto o instancia a presentar a dicho órgano se debate primero entre los representantes de todos los coros con muchísimas reuniones y puestas en común, hasta que se decide democráticamente cual es la propuesta que más convence a la mayoría. Nuestro representante la lleva a la junta del patronato y las defiende a capa y espada, esté o no esté de acuerdo con ella. No hay protagonismo, él es un mero portador de nuestras ideas. Es verdad que a veces tiene que tomar decisiones inmediatas que impiden consultar con casi todos, pero son las mínimas. Los nuevos colectivos no deben caer en una delegación unilateral de las ideas propias de sus representantes. Normalmente se hace por desidia dejar ese trabajo para que lo hagan otros o porque no queramos comprometernos, de esos hay muchos. Los miembros de esos colectivos deben de participar activamente en la formulación de ideas y cambios a proponer para el mejor funcionamiento de nuestro concurso. A ver si de una vez por todas acaban los mismos autores de siempre de criticar en las letras a dicho patronato poniéndolo como culpables de todo. El patronato debe ser solo un simple medio de comunicación entre agrupaciones y participantes del certamen y el consistorio, para ello llevamos a nuestros representantes oportunos que defenderán en ese foro nuestras inquietudes o malestares, no sobre las tablas del teatro. En las tablas del teatro hay que criticar al gobierno, defender los derechos del trabajador, hablar de la humanidad, de la belleza, del Amor, de las guerras, de Cádiz, de la insolidaridad, de la sonrisa de tu mujer, de nuestros políticos más cercanos… pero no de los miembros del patronato. Habrá aún alguna letra más este año?

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