Miseria energética

El primer pozo petrolífero de España, ubicado en la localidad burgalesa de Ayoluengo, ha dejado de funcionar. La empresa británica que explota el yacimiento de hidrocarburos deja de producir ante la tardanza del Ministerio de Energía y Turismo en renovar la licencia. No es que sea una gran fuente energética, ya que solo produce 115 barriles al día, no obstante su potencial es grande. Para los expertos, solo se lleva explotado el diez por ciento de su capacidad.

La dependencia energética del exterior de nuestro país es casi total. La época en la que las energías renovables apuntaban como la única alternativa con futuro a medio y largo plazo fue solo un sueño. El Gobierno y más aún las empresas energéticas y de hidrocarburos se encargaron de acabar con la ilusión de un mundo más respirable y limpio.

El último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) suspende a España en cuanto a su eficiencia energética, contaminación atmosférica de sus principales ciudades, calidad de aire respirado y reciclaje de residuos.

El rigor de este invierno ha conseguido poner en jaque al sistema. En el momento de mayor demanda energética las eléctricas se han encargado de disparar los precios del kilovatio. Si la interpretación de la factura de la luz está al alcance de pocos, ver que los consejos de administración de las empresas energéticas son el reducto donde terminan su vida pública los políticos una vez que dejan un ministerio o una secretaria de estado nos debe ruborizar. ¿Cómo les van a apretar los interruptores si son la luz de su final feliz? La energía cara, poco eficiente y mal distribuida es también una forma de miseria. Malta, Chipre, Portugal y España son países mediterráneos, con buen clima, muchas horas de sol, pero míseros en cuestión energética. Según los datos recientes del Excess Winter Mortality (EWM) la media europea de mortalidad invernal por frio se sitúa en Europa en un 15%. La isla de Malta ostenta el 29%, la vecina Portugal el 28%, Chipre el 23% y España el 21%. Los gélidos países escandinavos, fríos por definición, no llegan al 10%.

En este invierno han muerto 40.000 personas en 11 países europeos. Portugal gana por triste y mísera goleada. No solo es el acondicionamiento de las viviendas que son de mala calidad en construcción, no es que el aislamiento térmico sea inexistente (suelos, techos, paredes, dobles ventanas), sino que el precio de la factura de la luz está gravado con tasas e impuesto que hacen que supongan un coste excesivo para la mayor parte de las familias. En plena burbuja energética las empresas eléctricas amenazan con que la financiación del bono social puede hacer subir las tarifas. La miseria energética recaerá sobre los que sufren los cortes de luz en pleno invierno.

¡En Cádiz hace más frío en las casas que en la calle, y además humedad!