La Voz de Cádiz

La marea vuelve a subir

El malestar por el deterioro de la sanidad pública reaparece con fuerza, fecha y lugar

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Por un momento parecía que la marea se quedaba en una pequeña ola de orilla, en un amago que se deshacía a la primera palabra amable de la administración. Había salido una vez a la calle y parecía que no habría más tras darse, esa marea, por contenta con las primeras promesas amables. Habían salido muchos para gritar de forma cívica y pacífica contra el deterioro de la sanidad pública. Pero parecería que no habría más ocasiones. Sin embargo, la marea vuelve a subir. Las bonitas frases de la Junta se han revelado como vacías y los recortes, el cierre de camas o la salida de personal son una realidad para el próximo verano. Así que la marea ha regresado a la indignación y a la movilización.

Pide acuerdos concretos y por escrito mientras anuncia lugar y hora de las próximas protestas. Le sobran los motivos.

El sistema que fuera orgullo y vanguardia hace apenas 15 años ha retrocedido una cantidad sorprendente de pasos con el argumento de los recortes económicos y personales. Ahora, los ciudadanos son atendidos por profesionales saturados y desbordados que deben aplicar mucho más esfuerzo del recomendable en ofrecer una atención que, a su pesar, es mucho peor.

La nueva convocatoria de la Marea Blanca hecha pública ayer tiene visos de movilizar a un sector de la sociedad mayor que durante la primera protesta puesto que a esta sensación de doloroso deterioro se une la de la burla por la promesa falsa, por el embuste reiterado. Así que la necesidad de quejarse, tras el precedente de Granada, ha calado con fuerza tanto en el sector de población que podría votar a Podemos como en el más conservador. También entre los vecinos que no tienen una adscripción política clara, fija. Podría decirse, por tanto, que se trata de un malestar extendido, transversal, que no entiende de generaciones ni de ideologías.

Esta renacida marea cuenta con el apoyo de los ciudadanos, de simples integrantes de la infantería vecinal, hartos de ver cómo su sistema público de sanidad se desangra, cómo pierde profesionales, trabajadores, material, camas. Hartos de ver cómo los centros necesarios y prometidos se quedan cerrados, o sin construir. Cansados de que los proyectos de investigación estén paralizados y las listas de espera que cada vez hagan esperar más a más personas.

Los que han dicho basta, que reaparecen con fuerza como Marea Blanca, como plataforma por una sanidad pública, le dicen a la Junta que están hartos. E invitan a los gaditanos a sumarse otra vez. Y las que hagan falta.

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