APUNTE

Demasiado tiempo de expectativas

Los astilleros de Puerto Real y San Fernando llevan meses esperando una nueva carga de trabajo que no termina de llegar

El apunte

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El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, anunció el pasado enero durante una conferencia en el Training Centre (NTC) de San Fernando, la previsión de inicio de obra en Puerto Real del BAM-IS para mayo, sin embargo, esta propuesta no se ha podido llevar a cabo. La plantilla puertorrealeña lleva meses, más bien dos años, esperando que este contrato naval firmado con la Armada Española se traduzca en carga de trabajo real. Todo apunta a que Domínguez no calculó en aquella conferencia que mayo era un mes electoral y la ley impide inauguraciones y algaradas partidistas.

Todo apunta a que la dirección de Navantia comunicará el próximo 13 de junio el reparto oficial de la carga de trabajo prevista en las seis plantas de Navantia en España. Es decir, el Comité Intercentros confía en que Domínguez y su equipo informen de manera detallada del cronograma de obras previsto para los acuerdos que ya están firmados, como es el caso del BAM-IS, en Puerto Real, y del patrullero para la marina de Marruecos, en San Fernando. Los representantes de los trabajadores esperan que la reunión sirva, de una vez por todas, para explicar con detalle el plan de futuro de la compañía, bautizado con el nombre de Horizonte 5.0.

Este plan recoge las actuaciones más inmediatas de Navantia, además de las expectativas en materia de eólica-marina y de posibles acuerdos con Australia y Angola. Domínguez ha sido especialmente escrupuloso a la hora de desvelar su cartas y adelantar contratos que no están firmados. No obstante, los sindicatos preguntarán por el segundo acuerdo suscrito con Arabia Saudí el pasado noviembre para la construcción de cinco nuevos buques por transferencia tecnológica. Es evidente que los contratos navales tienen una larga duración en el tiempo hasta que las partes llegan a la mesa para su firma.

Se trata de una media de dos a tres años en el mejor de los casos, pero la situación en los astilleros gaditanos, sobre todo, en el de Puerto Real, es especialmente complicada debido a la inactividad. Su plantilla leva meses esperando carga de trabajo real y las esperanzas más inmediatas están depositadas en un BAM-IS de apoyo a submarinos que no termina de llegar a pesar de que se anunció en 2021. Los trabajadores también están a la espera de que el Gobierno confirme la construcción de dos buques hidrográficos y uno oceánico. Demasiadas expectativas aún sin concretar.

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