Consejos conducir amanecer y anochecer madrugada ocasoNo te deslumbres conduciendo cuando amanezca y anochezca

La visión es uno de los aspectos más importantes en la conducción. Si bien extremamos la atención cuando nos desplazamos de noche, hay dos momentos del día que no se suelen tener tan en cuenta, hasta que toca viajar con ellos: el amanecer y el atardecer.

En esas horas del día, los rayos del sol inciden en la luna delantera del coche de forma más paralela a la carretera, por lo que puede dar directamente en los ojos.

En definitiva, las condiciones cambian y se vuelven molestas e inseguras: nuestros ojos son invadidos por reflejos, luz directa, errores de percepción de colores y objetos... La pregunta es: ¿podemos hacer algo para evitar estas molestias? Atentos a estos consejos.

Marcar las horas más molestas

La posición relativa del sol varía según la estación del año. Al comenzar el día en época estival debemos tener cuidado entre las 6.30 y las 9h, más o menos. Si es invierno, las horas críticas de la mañana se trasladan entre las 8.30 y 10.30h.

Al atardecer, la puesta de sol será especialmente molesta entre 17.30 y las 21h si es verano, y de 16.30 a 18h en invierno.

En estas franjas horarias tendremos al sol de frente: su luz puede resultar especialmente molesta por la posición del sol respecto a la carretera.

En estas situaciones la previsión es clave. El conductor debe tener en cuento la duración del trayecto y en qué tramo horario se va a realizar. Una vez es consciente de tener que desplazarse a horas críticas, puede tomar medidas para desplazarse con la mayor seguridad posible.

Antes de salir a la carretera, es indispensable comprobar la visibilidad a través de las ventanillas del vehículo y el estado de las luces del coche.

Las luna tienen que estar totalmente limpias y sin desperfectos: cualquier arañazo o picotazo creará reflejos y deslumbramientos. Ojo por igual al buen estado de los limpiaparabrisas.

Lo mismo con los parasoles: estos 'párpados' artificiales son de gran utilidad, pero para manejarlos con rapidez y determinación sin desviar la atención de la carretera su estado —también, sobre todo, el de sus soportes y bisagras— debe ser el adecuado. En el mercado hay parasoles suplementarios que pueden ser de utilidad, siempre que dispongan de los correspondientes sellos de homologación que aseguren su fiabilidad, segudad y fijación, entre otros aspectos.

Ponte las gafas de sol

Los expertos aconsejan llevar siempre gafas de sol de calidad a bordo. Es más, son casi obligatorias ante estas circunstancias. Ahora bien: olvida aquellas sin garantías que no cumplan los requisitos necesarios. De hecho, deben contar con homologación de la Comunidad Europea, sello de la categoría con dato de protección, un adecuado nivel del filtro —de 0 al 4, según la cantidad de luz que dejan pasar—...

Mejor gafas de sol con cristales polarizados, algo más caras pero más efectivas: eliminan reflejos y ofrecen la protección contra rayos nocivos —filtros contra infrarrojos, UVA y UV—.

Si se conduce mucho en horas solares críticas, mejor optar por un cristal ahumado-tintado correctamente, que filtrará eficazmente la mayor parte de los molestos rayos solares. Además, montura y patillas deben resultar cómodas y ligeras.

Limpios y en condiciones de uso

Como citábamos, el alumbrado del coche está directamente relacionado en esta conducción. Hay que comprobar que los faros estén limpios y en buenas condiciones.

El amanecer y el atardecer son momentos faltos de luz que tendremos que suplir con estos elementos para solventar la falta de visibilidad propia y del resto de usuarios de la vía. Además, es preciso accionar las luces de posición, diurnas o nocturnas, pues tan importante es ver como ser visto.

Estos consejos deben completarse con medidas de seguridad básicas como reducir la velocidad —hasta que las condiciones de luz mejoren— y realizar algunas paradas para descansar la vista, si las condiciones adversas se prolongan.