El coche de Manuel Díaz «El Cordobés»: «El coche es el espejo del alma»

Para el torero, el vehículo que conduce actualmente, un Jaguar F- Pace, aúna los tres puntos fundamentales para él: respuesta de motor, confort y seguridad

N. S.

El torero Manuel Díaz «El Cordobés», se considera un apasionado de los coches. «Me encantan aunque por mi profesión he tenido que utilizarlos solo como una herramienta de trabajo», detalla a este periódico, al a vez que asegura ser un buen conductor, «aunque para mí una buena conducción tiene que privar la seguridad «.

Recuerda su primer coche, un Range Rover 2500 diésel, que se lo compró después de 5 años de tener el carné de conducir, con 20 años. Un modelo que guarda muchos secretos, «muchas anécdotas vividas con ese primer coche. Todos ellos confesables, por supuesto, desde dejarlo enterrado en una playa de Huelva al subir la marea, a dejarlo atascado en una calle muy estrecha del Albaicín de Granada. La verdad que el pobre sufrió toda mi inexperiencia », cuenta «El Cordobés».

Es más, recuerda su primer viaje largo con este coche, a «una finca ganadera en el campo Salmantino y todavía recuerdo que llegué súper cansado de la presión que llevaba en un viaje tan largo».

En la actualidad, conduce un Jaguar F-Pace, un modelo que «aúna los tres puntos fundamentales para mí en un coche : respuesta de motor, confort y seguridad. De hecho, supera las expectativas y tengo que decir que, para mí, mi coche actual es un 10». Y considera que el asistente de aparcamiento es el mejor invento del mundo del automóvil, «fundamental, sobre todo, si eres como yo, que me duele más un arañazo en el coche que en mis propias carnes». Un vehículo que comparte garaje con otro coche, tres motos (una de carretera y dos de campo) y tres bicicletas.

Al ser preguntado sobre qué prima más a la hora de elegir un coche, si la estética, la mecánica o las emisiones, el torero subraya que las tres son «complementos necesarios y fundamentales. Considero que los tres tienen que ir unidos a la hora de elegir un coche». Asimismo, subraya que el coche «es el espejo del alma. Viendo el coche puedes intuir mucho de cómo es su dueño».

Eso sí, se considera una persona que «siempre» prefiere «ir al volante». «Además de que me encanta conducir. De hecho, como copiloto soy desconfiado y sí, a veces un poco pesado, avisando de todo lo que veo...», manifiesta.

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