El cupulino de la Torre Sur de la Catedral se reconstruirá entero con piedra nueva

La inusual concentración de autoridades civiles y religiosas para presenciar la firma de un convenio de restauración puso este miércoles de relieve la importancia que la Catedral de Santiago tiene para Galicia. Diez meses después de que el presidente del Gobierno sellara su compromiso con la profunda rehabilitación en la que está inmerso el santuario del Apóstol, el jefe de la Xunta y los responsables del templo rubricaron un acuerdo que garantiza la realización de todas las obras necesarias y que deberán concluir antes del Año Santo 2021.

La inversión es alta, 17 millones de euros. Y su ejecución va a precisar una enorme planificación, pues se van a concentrar más de una docena de intervenciones en distintas zonas en poco más de cinco años sin que en ningún momento la Catedral cierre sus puertas.

Esa es la premisa: los trabajos deben desarrollarse minimizando su impacto en el día a día de los cultos y otras actividades culturales del templo.

Todas las partes calificaron de «histórico» el texto suscrito entre la Xunta —a quien el Ejecutivo central transfiere los fondos ya aprobados— y la Fundación Catedral, la encargada de llevarlos a la práctica a través de una serie de protocolos reglados por los que debería rendir cuentas periódicamente, tal y como suele ser habitual en estos casos, pues hay que recordar que el monumento lleva ya varios años inmerso en una restauración que va más allá de un lavado de cara o un parche temporal. El máximo rigor y el afán de documentar todo el proceso son una constante. Así se observa en la rematada Torre Norte o en el Pórtico de la Gloria, este a cargo de la Fundación Barrié.

Prueba de esta exquisitez en la ejecución son los estudios que se han llevado a cabo en el remate de la Torre Sur de la fachada del Obradoiro, la conocida como Torre de las Campanas. Desde hace varios meses permanece desmontado, como sucediera antes con su torreón vecino. Pero en su caso, no volverá a ser reconstruido con ese mismo material, sino que se ha creído conveniente hacerlo con piedra totalmente nueva. Esta posibilidad, propuesta por los técnicos de la Catedral, llevaba sobre la mesa desde la primavera —como ya avanzó ABC— y la Dirección Xeral de Patrimonio ha dado su visto bueno al entender que es la mejor de las soluciones. El cupulino de la torre arrastraba problemas estructurales crónicos y, de hecho, a lo largo de la historia había sufrido varios derrumbes debido a que la piedra era de menor grosor del debido, algo que se constató al compararla con la de la Torre Norte. Más del 60 por ciento de las piezas habían sido realizadas en los siglos XIX y XX, es decir, que no procedían de la edificación original. La fórmula aprobada ahora permitirá, de una vez por todas, zanjar cualquier problema después de que su interior haya sido, además, vaciado del hormigón añadido en los años 40 de la centuria pasada.

Rigor y garantías hasta 2021

Para firmar el documento se eligió el Salón Noble del Pazo de Raxoi. De rubricarlo se encargaron el conselleiro de Cultura, el deán y el presidente de la Fundación Catedral. Pero los discursos los dejaron para Alberto Núñez Feijóo y el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. El prelado —que agradece hoy el convenio en las páginas de este diario— rememoró los grandes hitos de la construcción del santuario con nombres como Alfonso VI, Xelmírez o Diego Peláez. A ellos añadió otros más actuales como el del arquitecto Javier Alonso de la Peña, quien «con método y rigor» diseñó en 2009 el plan director que guía toda esta restauración. «Es mucho lo avanzado y la experiencia adquirida», destacó Barrio. Y apuntó que tras la «imagen idílica, se esconden problemas» que van siendo subsanados.

Sin dejarse llevar por «localismos», afirmó que en el siglo XI y XII Santiago reunió «el mismo genio creativo» que estallaría en la Florencia del Trecento y el Quattrocento: «No se regatearon medios para construir el Pórtico de la Gloria, obra cumbre y adelantada a su tiempo». Con esa referencia como marco, Barrio vaticinó que una vez concluida la restauración —que debería coincidir con el final de su episcopado— «nos admiraremos ante una obra bien hecha con medios, inteligencia y voluntad».

Feijóo elogió a la Catedral como «la joya de la corona gallega» para la que estos casi 17 millones no suponen «un gasto, sino una de las mejores inversiones». «En época de vacas flacas, hay que concretar las prioridades», expuso el líder autonómico con la convicción de que el 30 de diciembre de 2020, cuando la Puerta Santa vuelva a abrirse con motivo de un Xacobeo (por el Año de la Misericordia sigue aún en el aire), la Comunidad podrá «entregar al mundo una nueva imagen de la Catedral».

Después de las dudas generadas el pasado agosto, cuando desde el templo se alertó de que los retrasos en la firma de este convenio ponían en peligro la continuidad de la restauración, Feijóo destacó este miércoles que el acuerdo, rubricado en septiembre, como se prometió este verano, «le da certeza».

El plan del Camino, hoy

Y con la rehabilitación de la meta del Camino garantizada, el presidente gallego avanzó que hoy se aprobará en el Consello de la Xunta el plan director del Camino que él mismo solicitó hace más de un año con el fin de que la ruta esté preparada para el previsible aluvión de peregrinos en el Año Santo 2021. El texto dará respuesta a diversos problemas y necesidades de la ruta jacobea.