Imagen de Mónica Oltra en un acto celebrado este jueves en el Palau de la Generalitat
Imagen de Mónica Oltra en un acto celebrado este jueves en el Palau de la Generalitat - MIKEL PONCE
CRÓNICAS SABÁTICAS

De la Enciclopedia Catalana de Marzá a las clases de Geografía de Oltra

«El día que hable el conseller de Educación solo tiene dos opciones: o reafirmarse en las tesis secesionistas o contradecirlas»

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Mónica Oltra ha tomado las riendas del Consell desde su despacho del Palacio de los Valeriola ante la prolongada ausencia de Ximo Puig. El presidente de la Generalitat se marchó oficialmente de vacaciones con un vídeo enlatado el 8 de agosto y apenas ha vuelto a dar señales de vida.

A Oltra, que durante las semanas posteriores al 24 de mayo soñó con ser presidenta, se le acumula el trabajo. El día 24, esta vez de agosto, está previsto el regreso de Puig. En ese intervalo, la vicepresidenta ha tenido que pasar de la agenda privada que planificó inicialmente (con jornada intensiva por la mañana) a una pública. El Consell que declaró la situación «de emergencia social» parecía cerrado por vacaciones (vuelva usted en septiembre) mientras el PP, consciente del filón, copaba la agenda con su presidenta, Isabel Bonig, y el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, a la cabeza en los teletipos: ha habido días en los que solo hablaron ellos.

Oltra se ha dado cuenta y ha cambiado de estrategia. La portavoz ha asumido sus funciones de la pe a la zeta para ejercer de escudo de sus compañeros ( especialmente el conseller de Educación, Vicent Marzà) y satisfacer a los periodistas, ávidos de respuestas en plena sequía informativa.

Oltra, una política a la que no se le pueden negar sus recursos dialécticos, está lidiando como mejor puede todos los frentes mientras Puig observa los toros desde la barrera. Marzà no ha rendido cuentas de sus declaraciones en las que defendía las tesis independentistas y los Países Catalanes. La vicepresidenta, que años atrás admitía que los Países Catalanes quedan para el ámbito de los «amigos», ha dado la cara por el conseller de Educación. No en vano, fue su gran apuesta. Marzà, por lo pronto, ha optado por el teatro en Sagunto y los moros y cristianos en Ontinyent (en horas y emplazamientos alejados del foco mediático de Valencia) para retomar su agenda a la espera de que amaine el temporal. El día que hable solo tiene dos opciones: o reafirmarse en sus tesis secesionistas o contradecirlas. Algo parecido a lo que ha hecho este jueves Oltra, quien ante el asombro de propios y extraños (hay quien le ha preguntado si «era necesario») ha recomendado a los promotores de la manifestación independentista de la Diada que estudien geografía cuando una redactora de ABC le ha preguntado su opinión acerca de la decisión de los socios de Artur Mas de situar a la Comunidad Valenciana como una «comarca» de Cataluña.

La recomendación podría ser extensible al conseller Marzà, quien en el año 2012 colaboró en la elaboración de artículos en una enciclopedia que sitúa La Albufera de Valencia y la Costa Blanca alicantina en los «Países Catalanes».

[Enlace de la Gran Enciclopedia Catalana]

El veto (posteriormente rectificado) del Rototom al artista judío Matisyahu constituye otro de los capítulos del folletín por entregas en el que se ha convertido el mes de agosto para el Consell/Compromís. La coalición, su portavoz en Castellón, Ignasi García, por más señas, se sumó a la campaña de boicot contra el cantante por sus creencias. Un disparate ante el que Oltra ha tenido que salir a decir lo contrario de lo que hace su partido.

En un verano en el que, afortunadamente (crucemos los dedos) los incendios forestales están respetando a los maltrechos montes valencianos, a Oltra le ha tocado ponerse al frente de un departamento cuyas competencias asumió el propio Puig en una decisión inédita. Esta semana, en el rebrote del incendio de El Saler, la concejala de Seguridad de Valencia, la omnipresente Sandra Gómez, fue la política que acudió al puesto de mando, según informó la propia Generalitat a través de las redes sociales. Oltra acudió al día siguiente al lugar de los hechos y este viernes visita el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat, toda vez que su supuesto «coordinador» no vuelve hasta el lunes.

En pleno trasiego, a la vicepresidenta todavía le queda tiempo para fraguar el pacto entre Podemos y Compromís para las generales. Un acuerdo sellado de antemano al que solo le falta hacer público el orden de los apellidos.

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