Carmen de Carlos - EN EJE

Transición a la Argentina

El regreso del «perokirchnerismo» al poder, profecía autocumplida de los leales a la expresidenta Cristina Fernández, se explica por el fracaso de Mauricio Macri

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Argentina empieza una transición hacia lo conocido, para muchos y lo desconocido para los más optimistas. El regreso del «perokirchnerismo» al poder, profecía autocumplida de los leales a la expresidenta Cristina Fernández, se explica por el fracaso de Mauricio Macri. Su Gobierno falló en los puntos donde se le suponía mayor fortaleza: la economía en primer término y aunque parezca secundario no lo es, la comunicación.

El «mejor equipo de la historia», como se presentó en su puesta de largo hace cuatro años, recibió una bomba financiera «made in» los ocho años de gestión desastrosa de la viuda de Néstor Kirchner. La misión de su sucesor en la Casa Rosada era desactivarla, no potenciarla. Macri y su equipo, término reiterado hasta el cansancio, no supo hacerlo. Es cierto que hubo imponderables externos pero lo es más que falló en el diagnóstico y en la solución. El resultado final es una inflación superior al 50 por ciento, la deuda pública en torno al 100 por cien y una pobreza (no hambruna) alrededor del 40 por ciento. Con estos dígitos, las obras públicas (importantes y necesarias) no tuvieron el reconocimiento merecido, tampoco el respeto dispensado a la institucionalidad y a la defensa (verdadera) de las libertades y los derechos de los ciudadanos.

Las urnas le negaron a Mauricio Macri la posibilidad de una reelección, una oportunidad que, con un poco menos de soberbia y algo más de rectificación, tenía al alcance de la mano. Ese fue el mensaje del 40 por ciento que, pese a todo, le votó.

Macri, al estilo «K», se despidió (con el deseo de volver) con una manifestación frente a la Casa Rosada y milagrosamente, llenó la Plaza de Mayo. Mañana (martes) ese mismo espacio volverá a ser patrimonio de las cornetas, los bombos, los «acarreados», las banderas de piqueteros y sindicatos, los muchachos de La Cámpora, de toda la tropa ruidosa que entona la «marchita» peronista y, naturalmente, de Alberto y de Cristina Fernández.

Argentina es así, imprevisible, a veces leal, otras traidora, en ocasiones lejanas ricas pero siempre, siempre, sufriente.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación