Assange amenaza dinamitar las elecciones presidenciales con más filtraciones

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha amenazado con poner patas arriba las elecciones presidenciales de Estados Unidos con más filtraciones tras la publicación de unos 20.000 emails robados del Comité Nacional Demócrata en una entrevista para la cadena estadounidense CNN. Assange ha dicho que puede que filtre «mucho más material» y ni ha confirmado ni desmentido la teoría demócrata de que el Gobierno ruso esté detrás de las filtraciones.

Preguntado por el origen de los documentos, Assange ha jugado con la ambigüedad y ha dicho que no será Wikileaks quien revele sus fuentes. «Tal vez algún día la fuente o fuentes darán un paso al frente y ese será un momento interesante en el que a muchos les explotará el huevo en la cara.

Pero excluir a ciertos actores hace más fácil encontrar quienes son las fuentes», ha dicho Assange.

Assange ha criticado a la candidata demócrata, Hillary Clinton, por intentar esconder el escándalo bajo el telón de que ha sido filtrado por los rusos y es una trama contra el Partido Demócrata desde hace tiempo. Desde la embajada ecuatoriana en Londres, donde está refugiado ya que se enfrenta a la extradición si sale del recinto, Assange ha dicho que debería haber más autocrítica.

«Me levanta dudas sobre los instintos naturales de Clinton cuando, enfrentada a un escándalo político en su partido, intenta culpar a los rusos, a los chinos, etcétera,» ha dicho Assange. «Esa práctica en el gobierno podría llevar a problemas».

Ante las acusaciones vertidas hacia el Gobierno ruso, el Kremlin negó cualquier involucración con la reciente filtración de emails sobre los favoritismos del Comité Nacional Demócrata a Clinton y las jugarretas para hacer perder votos a Sanders, que llevó a la presidenta del partido a dimitir tras habérselo pedido Sanders.

«Esto verdaderamente no es bueno para nuestras relaciones bilaterales», ha dicho el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien ha calificado estas acusaciones como parte de «la típica diversión y juegos» de las campañas presidenciales estadounidenses.