poster Vídeo
Una mujer, ante un kiosko de prensa en Lisboa el día después de las elecciones - reuters

El resultado de las elecciones sume a Portugal en la incertidumbre

Passos Coelho ganó las elecciones, pero, sin mayoría absoluta, queda a merced de una posible alianza entre las fuerzas de izquierda para desbancarlo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El escenario que ni unos ni otros deseaban se ha hecho en realidad en Portugal tras las elecciones de este domingo 4 de octubre. La mayoría absoluta (116 diputados de un total de 230) quedó como un sueño inalcanzable. Passos Coelho y Paulo Portas, que sumaban las fuerzas de la socialdemocracia y el CDS, se han quedado en 99 (un 36,8%), a falta de asignar cuatro escaños en virtud de los 2,3 millones de ciudadanos lusos que viven en el extranjero.

Peor resultado aún el del Partido Socialista, que debe conformarse con 85 diputados (un 32,4%). Y es que su flanco más izquierdista ha protagonizado una fuga de sufragios hacia el Bloco de Esquerda (19, con 10,2%) y la CDU de signo comunista (17 y 8,3%).

Este frente ha demostrado que podía haber alcanzado tal vez otras metas si hubiera mostrado una mayor unidad, aunque esta atomización de la izquierda puede ser la antesala de una legislatura marcada por los giros inesperados. Si se suman las papeletas de PS, BE y CDU, el total se sitúa en 121. El problema es que el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, ya dejó caer que no estaba dispuesto a investir como primer ministro a un líder que no hubiese conseguido el mayor número de votos.

Por si acaso, Passos Coelho ya ha tendido la mano a António Costa, quien tuvo que lidiar con la sombra de José Sócrates no sólo durante la campaña sino incluso en el mismo día de las votaciones. Las graves sospechas de corrupción que pesan sobre él han lastrado la imagen de los socialistas.

Los recortes no convencen

Lo que está claro es que la austeridad de estos cuatro años de recortes ha pasado factura a la coalición gubernamental, que no ha logrado convencer de forma mayoritaria a los electores para que continúen apretándose el cinturón. Si en el anterior ciclo el PSD superó la falta de una mayoría absoluta con la ayuda del CDS-PP, ahora la fórmula conjunta de Portugal à Frente se atasca en un panorama donde brillan por su ausencia los posibles aliados en el lado centrista o de derecha.

Cierto que existe Nós Cidadaos, franquicia del partido liderado por Albert Rivera, pero se encuentra en una fase muy incipiente y no exhibe, por ahora, capacidad para afrontar los retos que aguardan a sus homólgos en España. El gran dilema, por tanto, reside en las manos de Cavaco Silva, obligado a deshojar la margarita de investir a un primer ministro en minoría pese a su triunfo o a un candidato que puede aspirar al cargo arropado por la extrema izquierda. Su talante equilibrado hará el resto, que por algo avisó la semana pasada: «Sé perfectamente lo que debo hacer y no me va a temblar el pulso ni me van a afectar las presiones que reciba». Ha llegado su hora

Ver los comentarios