Lo que sí y lo que no se conserva bien en el «tupper» que llevas al trabajo

Los guisos y los salteados son preparaciones culinarias ideales para transportar, pero los platos a la plancha y los fritos no son ideas aconsejables

Para que las verduras crudas se conserven deben guardarse en el tupper sin aliños
Raquel Alcolea Díaz

Raquel Alcolea Díaz

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De tu cocina a tu nevera, de tu nevera a la de tu trabajo (si es que dispones de una) y por el camino, dependiendo del tiempo que tardes en llegar de un punto a otro, un amplio abanico de giros, traqueteos y temperaturas ambientales . No todas las comidas son válidas para transportar en el «tupper» o tartera que se lleva al trabajo. Por un lado, no es aconsejable transportar alimentos cocinados a la plancha pues tal como comenta Elisa Escorihuela, Licenciada en Farmacia y Diplomada en Nutrición, estos se podrían quedar muy secos una vez recalentados con el microondas. Tampoco los fritos pues, además de que «no son saludables», «perderán su punto crujiente y existe el riesgo de que se enrancie el aceite que llevan», según precisa.

Preparaciones ideales para el «tupper»

Para la experta en nutrición, lo importante es elegir aquellas preparaciones culinarias que permitan conservar sabores y texturas . Así, los salteados son una buena opción pues al tener un poco de jugo no quedarán tan secos cuando se calienten.

También son platos adecuados los guisos de carne, de pescado y de legumbres, así como los arroces, las pastas y las cremas. Las ensaladas pueden conservarse bien en un tupper, «siempre que transportemos los aliños aparte». Otra idea que propone Escorihuela es el bocata que, eligiendo bien el pan (integral) y los ingredientes (vegetales, proteínas magras o grasas de buena calidad), puede ser también una comida saludable.

Platos que pueden ser un riesgo

Algunos alimentos pueden ser considerados como «auténticos paraísos para el crecimiento de microorganismos patógenos», según alerta Escorihuela.

Es el caso de carnes y pescados crudos, salsas y preparados con huevo crudo, carne picada (tiene demasiada superficie de contacto con el aire y es más fácil que se contamina), salsas y preparaciones con lácteos no tratados, ensaladas aliñadas o aderezadas con salsas y alimentos cocinados que hayan estado en la nevera más de tres o cuatro días.

Para evitar la contaminación bacteriana , que aumenta con los cambios de temperatura que sufre el plato desde que se cocina hasta que se consume, la preparación de los «tuppers» debe ser lo más higiénica posible. Para garantizar esta higiene la experta aconseja: una buena selección de alimentos que se vayan a utilizar desechando aquellos que estén estropeados o incluso feos; una buena higiene, que incluye lavarse las manos con jabón antes de cocinar, así como lavar o cambiar las tablas, los cuchillos y los utensilios cuando se cortan o se preparan distintos tipos de alimentos para asegurarse de evitar las contaminaciones cruzadas .

Una vez cocinados los alimentos, debe reducirse su temperatura lo más rápidamente posible. «Se recomienda esperar a que el plato se atempere en el mismo recipiente en el que se ha cocinado y después introducirlo en la nevera unos 30 o 50 minutos después», aconseja Escorihuela. La experta aclara que, aunque antes se temía estropear la nevera con esta práctica, lo único que sucede hoy en día es que se gastará algo más de energía (consumo frigorífico), pero que compensa para asegurarse de que no se produzca un crecimiento de patógenos.

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