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Flor de Esgueva carácter, un queso para los cinco sentidos

Elaborado con leche cruda de oveja y con baños de aceite como su hermano pequeño el flor de Esgueva viejo, el flor de Esgueva carácter se madura un mínimos de nueve meses para deleitar nuestros cinco sentidos.

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La maestra quesera Adriana Reyes nos realiza una cata de este queso madurado un mínimo de 9 meses en el que podemos encontrar rasgos como su «color marrón pajizo en la corteza o su color tostado en la lámina. Al tacto tiene una textura mucho más compacta. En nariz es intenso ya que tiene mayor tiempo de maduración y tiene aromas un poco dulces con una ligera rancidez. En boca es agradable, tiene una punta de picante y de rancidez y el retronasal es largo y prolongado que recuerda a queso añejo. Por último, con el oído interno podemos ver que es mucho más quebradizo que otros» asegura.

Si queremos hacer la degustación perfecta podemos acompañarlo de vino o de otros elementos que harán la cata una experiencia única.

«Para maridar de forma acertada hay que pensar en el tiempo de curación del queso que sea similar al tiempo de curación del vino y también un vino elaborado en la misma zona del queso porque los aromas de la tierra van tanto al vino como a la oveja». También podemos acompañarlo de nueces, avellanas, uvas, membrillo, con mermelada de pimiento rojo, de tomate u otros embutidos como jamón. Nos aconsejan conservarlo entre dos y seis grados, sacarlo para que se atempere una media hora antes y cortarlo en lonchas no muy gruesas para sacar todo el sabor.

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