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Vendimiar durante la noche garantiza una buena temperatura para la uva. | RAÚL ARRIBAS
Vendimia

La noche, cómplice del vino

La solera fundacional de Tío Pepe se riega con uvas recolectadas manualmente y de madrugada en la viña 'La Racha' de Jerez

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Ser testigo de una labor que depende de la mano del hombre es hoy casi un viaje en el tiempo. Presenciar la excepcional vendimia nocturna que celebra anualmente bodegas Tío Pepe es, además, un ritual casi religioso en la penumbra que forman las luces sobre la cabeza de los jornaleros.

Desde hace cuatro años, según explica  Salvador Guimerá, responsable de viñas de González Byass, vienen llevando a cabo esta forma de recolectar la uva palomino, que tiene numerosas ventajas; entre ellas, se evita la oxidación del mosto por las temperaturas frescas de la madrugada que contrarrestan calor de tierras jerezanas.

 

La viña 'La Racha', está ubicada en el pago de MacharnudoenJerez. Data del año 1985, y cuenta con 15,5 hectáreas de viñedo, de las 120 que González Byass posee en el mismo pago.

De dos a nueve, recibe la visita de 39 jornaleros. Con sus tijeras de vendimiar realizan un duro trabajo que se materializará en forma de vino en las solera fundacional de Tío Pepe, una de las que reúnen el carácter que define la marca, formada por unas cien botas dispuestas en la bodeguita del mismo nombre.  Se trata de una producción cuidada al detalle, a pequeña escala, con mesa de selección donde se escogen uno a uno los racimos destinados a ser convertidos en vino.

 

Cada trabajador recolecta unos 600 kilogramos de uva, lo que hace un total de  20.000 kg. por jornada. El objetivo al final de la vendimia nocturna es obtener unos 50.000 kilos en total, por lo que en dos, o como mucho tres días, esa parte del trabajo, está concluida.

 

Durante la noche es difícil distinguir algo más que las estrellas en aquel trozo albariza, la tierra que permite sobrevivir a la uva a pesar de la escasez de lluvias. Los trabajadores van equipados con linternas sobre sus cabezas, y chalecos reflectantes. Los focos de los tractores son el resto de luz que necesitan. El ruido de sus motores hacen casi imposible cualquier conversación, y sin mediar palabra realizan su tarea de cortar racimos y amontonarlos en las cubetas de plástico.  Los colores aparecen con el amanecer y es fácil reconocer los racimos prietos, listos para ser recogidos. Todos los vendimiadores son hombres, circunstancialmente. Hace unos siete años, cuenta Guimerá, casi todos eran mujeres, puesto que los hombres se dedicaban fundamentalmente a la construcción. Estos jornaleros tienen experiencia en la viña, ya que realizan otros trabajos de mantenimiento durante el resto del año.  Toda esa sabiduría se encierra luego en las botellas de vino como Tío Pepe, compleja y vetusta, como el deje de los vinos de Jerez.   

 

Barbadillo espera recolectar más de diez millones de kilos de uva

Otras bodegas, como la sanluqueña Barbadillo, también han comenzado su recolección de uva palomino.  Se calcula que el total de esta campaña rondará los 10 millones de kilos. De ésta, unos dos millones y medio conforman el número que procederá de las 300 hectáreas de viñas propias que posee en Santa Lucía y Gibalbín. Barbadillo realiza una vendimia mecánica durante la noche, y manual durante las primeras horas del día, para recolectar al final de cada jornada unos 500.000 kilos de uva. En cuanto a la uva tinta, ya comienza la recolección de la variedad Merlot,  la más temprana, a la que seguirán Tempranillo, Syrah, Petit Verdot, y finalmente, Cabernet Sauvignon.

 

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