Ilustración del «niño sin piernas», en la revista Blanco y Negro
Ilustración del «niño sin piernas», en la revista Blanco y Negro - ABC
HEMEROTECA DE ABC

La triste historia del «niño sin piernas»: vendido por su madre y utilizado como mendigo en el centro de Madrid

El suplemento Blanco y Negro narró en 1907 la vida de este joven tullido que recorrió Europa junto en una caravana de gitanos

Madrid Actualizado: Guardar
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En febrero de 1907, el suplemento Blanco y Negro narró en su serial «Gente que anda por Madrid» la amarga historia del «niño sin piernas», bautizado así por su condición de tullido desde su nacimiento. Durante esa fecha, la célebre revista ilustrada de ABC dio a conocer la vida de personajes que, ubicados en la capital, tenían una vida singular y completamente alejada de lo habitual. Este joven compartió sección con nombres como la «mujer bigotuda» o, acaso menos conocido, el «violinista de Colón».

Página de Blanco y Negro, en 1907
Página de Blanco y Negro, en 1907 - ABC

Sin especificar su nombre, el escrito de Manuel López Roberts explicaba cómo el niño fue vendido por su madre a unos gitanos por veinte duros. «Este es el chico que vendieron a unos gitanos que durante 10 años le tuvieron metido en un cajón exhibiéndole por todas las capitales de Francia», detalló.

Junto al texto, aparecía una ilustración del muchacho, sostenido en un cajón con ruedas y tapado con una manta la ausencia impuesta por la naturaleza. Presumiblemente, el cronista dio con él en las calles del centro de Madrid, donde llegó a parar después de una década de mendicidad obligada por los cíngaros. El destino se cebó con este joven de mirada perdida y esquiva; fue entregado al nacer con la seguridad de que, por esos veinte duros, ya sería más provechoso que si estuviera sano. Así, al menos, lo detalla el cronista, quizá contagiado por los prejuicios de la época.

El «niño sin piernas», tras ser utilizado como una suerte de mascota por varias ciudades, acabó en la céntrica calle del Turco, hoy llamada del Marqués de Cubas. Aquella vía ya era famosa en la época, pues fue en este punto donde fue asesinado el general Juan Prim en 1870. El escritor aludía a los tintes literarios que giraban en torno a los gitanos, con una vida ambulante y paralela, para ponderar la biografía del chico a pesar de los males perpetuos. Según López Roberts, se trataba de un «héroe de novela» que, sin embargo, apenas se distinguía en apariencia del resto de mendigos de la zona. Lo extraordinario, apuntó, estaba oculto: un niño «que vio mundos y pasó por aventuras extrañas, espeluznantes y folletinescas» a lo largo de Francia. Sólo al recordar esos días, concluía la narración, el joven se animaba en su ubicación diaria, la Academia de Jurisprudencia.

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