Jhon Pepe, Maritza y Elisa, las víctimas de la matanza
Jhon Pepe, Maritza y Elisa, las víctimas de la matanza - ABC

Las tres vidas rotas del crimen de Usera

El asesino acabó con la vida de Pepe, Maritza y Elisa cuando estaban en el bufete de abogados

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

123
  1. «Era la que daba la cara en el bufete»

    Maritza Osorio Riverón, de 46 años, llegó a España hace veinte años procedente de Cuba donde estudió Educación Infantil. Hace más de una década se trajo a su hija a nuestro país. Siempre ha vivido con ella y con un primo hermano. Maritza, que ejercía como secretaria, relaciones públicas y mujer de la limpiezade Salas Coveñas desde hacía unos cuatro años, era muy trabajadora y muy simpática, según sus allegados. Había trabajado en el sector de la hostelería, concretamente en un local de la cadena del Museo del Jamón, en un restaurante y en una inmobiliaria.

    Después, recaló en otro bufete del que se marchó para acabar con Salas Coveñas en donde era «chica para todo y, además, daba la cara en el despacho cuando su jefe no iba o daba plantones a sus clientes. Por ello, había recibido amenazas verbales al igual que su compañera», aseguraba un familiar. Este se mostró indignado con el que fue jefe de la asesinada. «No ha llamado para dar el pésame. Es increíble». El marido de Maritza, de su misma nacionalidad, fue deportado a su país por tráfico de drogas en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Sus allegados, que quieren repatriar su cadáver a su Holguín natal, lamentaban que la Embajada no se hubiera puesto tampoco en contacto con ellos.

  2. «Se casó con su jefe por los papeles»

    Elisa Consuegra Gálvez, de 33 años, natural de Holguín (Cuba) se acababa de casar con su jefe. Fue un matrimonio de conveniencia que se produjo justo cuando ella acabó de homologar sus estudios de Derecho para poder ejercer su carrera en España. Trabajaba en el despacho de Euroasia desde octubre de 2012, aproximadamente la misma fecha que Maritza, según relató un amigo. Los tres se conocían de antes de recalar en Europa. Anteriormente, Elisa ejercía como secretaria. Había llevado ya tres casos desde que se convalidara su licenciatura en nuestro país.

    Como juez profesional en Cuba, primero de la ciudad de Holguín y luego de la provincia, estuvo al frente de un tribunal municipal de 2008 a 2011. Presidió la Sección Especial del Tribunal Municipal Popular de La Habana, fue jueza de la Sección de Delitos Económicos, presidenta de la Sección Sumario Penal del Tribunal Municipal Popular y juez de la Sección Civil de dicho tribunal y de la Sección Laboral. Sus amigos confirmaron ayer su matrimonio de conveniencia y se negaron a hablar con la prensa, visiblemente molestos y perplejos por la tragedia.

  3. «Estaba en el lugar equivocado»

    Jhon Pepe Castillo Vega, ecuatoriano de 43 años, y nacionalizado español, había ido a recoger una documentación de su mujer. Pensaba que iba a ser cuestión de minutos, de hecho, dejó su coche mal aparcado con las luces de emergencia junto al portal del bufete Euroasia. Estaba en paro y deja huérfano a un niño de 29 meses. Vivía en el distrito de Carabanchel, había colaborado en RTVE y se dedicaba a hacer portes.

    Amante del fútbol, en concreto del Real Madrid y del equipo boliviano Oriente Petrolero, le encantaban los coches y todo tipo de música, sobre todos la pop, las rancheras y la salsa. Sus familiares ayer reconocieron su cadáver en el Instituto Anatómico Forense, como hicieron con los otros asesinados. Su viuda, visiblemente afligida, le encargó a una allegada que se encargara de cuidar a su hijo.

Ver los comentarios