Presidenta del PP de Lugo

Elena Candia: «Dudo que Feijóo no quisiera un congreso para elegir a su sucesor»

La dirigente lucense confía en que Alfonso Rueda «marque su propio proyecto» y «enriquezca el legado de éxito» del todavía presidente gallego

Elena Candia, el pasado viernes en los pasillos del Parlamento MIGUEL MUÑIZ

A Elena Candia no le gusta la referencia a las ‘baronías’ provinciales, por representar una «territorialización de las personas» con la que dice no comulgar. Y con lo que sí disfruta es hablando claro. En el proceso de sucesión de Alberto Núñez Feijóo lo ha hecho, pero de puertas para adentro. Ella no tiene dudas: la mejor apuesta era Alfonso Rueda. El PPdeG reconoce su lealtad poniendo en sus manos la organización del congreso extraordinario de mayo.

—Va a tener asiento de primera fila en un momento histórico en el PP gallego...

—Un porcentaje altísimo de nuestra militancia solo vivió la sucesión de Fraga, que fue hecha con mucho éxito, y espera que esta tenga la misma forma. Con la diferencia de que Feijóo no se va de la política, sino que refuerza su liderazgo con un proyecto nacional que impulsa al proyecto gallego.

—¿Cómo augura este congreso? ¿Qué espera de él?

—Creo que se va a desarrollar con total normalidad, con previsibilidad y estabilidad para el partido, la misma que se trasladará al gobierno gallego y a Galicia. Sin sobresaltos, y dejando ese espacio de diálogo y reactivación que nos aporta la militancia.

—¿Se va a sentir el PPdeG muy huérfano tras la marcha de Feijóo?

—Feijóo no marcha, va a estar más presente que nunca. La posición que ocupa ahora nos da más fortaleza, reilusiona, por cómo llega, por cómo lo reclama toda España. Afianza su liderazgo. Siempre trabajamos coordinadamente con el PP nacional, pero ahora más que nunca. Creo que va a estar más presente que nunca, sin perjuicio de que en Galicia se abre una nueva etapa que gestionaremos con autonomía pero no con orfandad.

—¿Ha habido tanto debate interno como se ha escrito? ¿O Rueda fue siempre la opción barajada?

—Solo puedo hablar desde mi perspectiva. Desde mi visión, la de Alfonso Rueda era una solución previsible, identificado por Feijóo como uno de los artífices de sus buenos resultados electorales en los minutos iniciales. A veces no ponemos las cosas en perspectiva. Rueda es parte del éxito de Feijóo, de su proyecto. Siempre interpreté que estábamos en un escenario de normalidad, como una alternativa que aporta a Galicia la estabilidad en la que nos encontrábamos cómodos. Rueda es la continuidad en el sentido más positivo, la persona que mejor puede identificar los valores que siempre nos unieron en torno al presidente Feijóo.

—¿Era su candidato?

—Creo que nadie tenía candidato. Estas fueron circunstancias excepcionales. Si esta pregunta se me hace antes de surgir el problema, qué persona permite continuar el proyecto Feijóo y mantener esos éxitos, yo volvería a citar a Alfonso Rueda.

—¿Era legítimo que unos u otros quisieran jugar sus cartas en este proceso?

— En el PP siempre decimos que, cuantitativamente, somos muchos. Pero cualitativamente hay gente muy válida. Cuando una persona está preparada, por formación, por ganas e ilusión, es un valor dentro del partido. Si encima hay más de uno, el partido es rico. Y no lo veo como nada negativo. Que se analicen, que se comenten o estudien posibilidades… Es enriquecedor. Me preocuparía que, si en nuestro proyecto político faltara el líder, empezáramos a mirarnos sin encontrar alternativa. Es un indicativo de que habría una patología interna. Cada día me sorprendo de la calidad y capacidad de la gente que tenemos capaz de asumir cualquier responsabilidad. Es normal que afloren sensibilidades, expectativas y ambiciones positivas.

—Congreso sí, congreso no. ¿Llegó a plantearse realmente que no hubiera congreso para designar al sucesor?

—Tengo mis dudas de que el presidente no quisiera hacer un congreso, ya se lo pidiera un presidente provincial o un afiliado de base. Feijóo siempre dijo, o yo se lo entendí, que todas las decisiones tienen que ir con la mayor legitimidad y respaldo de las formas, para que todo este proceso sea más seguro, más garantista. Nunca me pareció que esa no fuera, de inicio, la decisión del presidente.

—Hay un relato que sostiene que los barones forzaron a Feijóo a convocar un congreso…

—No me gusta nada lo de barones provinciales, y no solo por una cuestión de género. Hay que matizar el concepto de las baronías provinciales. El territorio te marca, es indudable. Desde que llegó Feijóo, siempre trabajó en un concepto distinto. Nosotros representamos un territorio, pero nuestro interés es defender sus necesidades. Eso sí marca una territorialidad. Pero en clave personal no obedece a una suerte de mesa redonda del Rey Arturo. Cada uno defiende su territorio, sí, eso nos movió para trabajar, pero no territorializando personas.

—¿El militante ha entendido todo lo que ha pasado en el PP en el último mes y medio?

—Tenemos que hacer mucha pedagogía. Nosotros, los cargos, estamos más familiarizados con nombramientos, ceses y cambios. Los ciudadanos asocian que hubo un problema en el PP y que toda España miró a Galicia en busca del líder más solvente y que su aval de gestión era el mejor. Y que además no fue una decisión exclusivamente voluntaria de Feijóo, sino una verdadera necesidad y reclamo de toda España. Eso se entendió bien. La gente creo que valoró la agilidad en la respuesta y entendieron que era una decisión necesaria. Demuestra que, en el partido, hay un gran músculo y sentido de la responsabilidad. Y entre los gallegos, la mayoría que nos apoyan y se sienten españoles, no son ajenos a lo que pasa en España. Entendieron el ejercicio de responsabilidad y generosidad de Feijóo.

— ¿Qué balance deja en el partido tras estos 16 años?

—La marca que mejor lo define son cuatro mayorías absolutas y dejarnos preparados para una quinta. Hay pocos líderes que pueden dejar un legado de esa envergadura objetivable. Consolidar mayorías, en vez de hacerlo más distante, yo lo vi más humilde, más cercano y más consciente de la necesidad del trabajo de todos. Son virtudes que vi y disfruté de cerca. Deja esa transversalidad, esa cercanía, la idea de que del trabajo salen los resultados. Y deja también como legado la escucha activa, siempre tenía en cuenta lo que se le decía, ya fuera yo o un militante de base.

—Alfonso Rueda es un viejo conocido de la afición. ¿Un número dos puede ser un buen número uno?

—Sí, claro. Alfonso Rueda tiene su forma de ser y su capacidad, y además cuenta con el privilegio de recibir un legado en el que participó desde el minuto cero. Los dos números dos son los primeros por si falta el número uno, y no solo por el orden.

—¿Qué espera de estos dos años que restan de legislatura?

—Que se cumplan los compromisos adquiridos, con ese trabajo de continuidad y estabilidad, pero espero también ver la marca propia. Que Alfonso marque su proyecto y enriquezca el legado de éxito de Feijóo.

—A Diego Calvo le han ofrecido entrar en el nuevo gobierno. ¿Y a Elena Candia?

— Yo de Diego ni afirmo ni desmiento. En mi caso, desde el minuto cero puse lo que yo represento: una provincia que me ha dado su apoyo y respeto para que gestionara esta etapa con un cheque en blanco de la manera más responsable. Es el momento de demostrar la mayor facilidad para que este proceso se desarrolle por los principales agentes de una manera facilitadora. Me siento parte de ese proyecto, me sentía hace tres meses y seguiré sintiéndome dentro de tres. Solo quiero que se acierte. No vine a pedir. O dicho de otro modo, no dejé de pedir pero lo que ya pedía Lugo antes: instrumentos de cara a las municipales, que lo necesario se siga cumpliendo con agilidad y compromiso, y que esta etapa no nos despiste de lo importante, que son las municipales. Yo de ahí no me he movido.

— ¿Le tira más volver a optar a la Diputación de Lugo?

— Yo soy muy municipalista. Por formación y por vocación. Tengo un compromiso con el PP de Lugo que asumí en 2016, que en 2019 no conseguimos el objetivo a pesar de tener los mejores resultados en Diputación y ciudad, y que ratifiqué en mi congreso. Mi prioridad es Lugo. Tenemos que buscar los mecanismos para reforzarnos. Este proceso no debería de cambiar mi prioridad. Y no se ha cambiado.

— ¿Están más cerca que hace cuatro años?

-Se está haciendo un gran trabajo. Pero si en algún ámbito de la vida, el trabajo no es determinante, desde luego es la política. No nos basta ganar, tenemos que arrasar.

— Al PPdeG le faltan por concretar sus candidatos a las ciudades. Lugo no es una excepción. ¿Repetirá Ramón Carballo?

—No puedo contestar todavía. Todos estos procesos que estamos viviendo en el partido, si tienen un efecto negativo, es que nos retrasaron la toma de decisiones y la puesta a punto en el ámbito municipal. En Lugo tenemos una persona como Ramón Carballo que tuvo el mejor resultado de las ciudades gallegas. La designación es competencia de Génova. Yo pongo en valor sus resultados.

— Una fácil, para terminar. ¿Se ve de secretaria general del PPdeG?

— Con toda sinceridad, no (risas). Le deseo mucha suerte a todas las personas que están en este proceso, pero contestar otra cosa sería una incoherencia con lo que he dicho antes de cuál es mi prioridad.

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