Germán Vega y Benjamín Sevilla
Germán Vega y Benjamín Sevilla - ICAL
Artes&Letras

«El teatro clásico es lengua castellana vestida de gala»

Cuando hace apenas un mes recibían el Premio de Teatro «Provincia de Valladolid», otorgado por la Diputación, los codirectores de Olmedo Clásico, Germán Vega y Benjamín Sevilla, dedicaban el galardón a su público

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-¿Qué balance hacen de las once ediciones realizadas de Olmedo Clásico?

-¿Qué balance hacen de las once ediciones realizadas de Olmedo Clásico?

B. Sevilla.- La serie histórica de los últimos once años nos da un total de 124 espectáculos, a cargo de 110 compañías y más de 70.000 espectadores, con un nivel medio de ocupación de un 80%, y una media de 13 espectáculos anuales a cargo de doce compañías.

G. Vega.- Muy positivo, desde casi todos los puntos de vista. Desde el principal, que es el público, por su crecimiento y fidelidad. Desde la perspectiva de los agentes teatrales -directores, actores, gestores, etc.-, que cuentan con nosotros. Por lo que se refiere a las instituciones, con las que se debe contar cuando una empresa es cultural y no tiene ánimo de lucro, siguen con sus apoyos las que están desde el principio y hemos sumado otros.

Hemos sobrevivido a una crisis muy fuerte. Hay un detalle bastante expresivo sobre lo logrado: en solo once ediciones, y siendo el festival de clásico más joven del panorama nacional, es difícil que no se le mencione cuando además de Almagro se quieren apuntar dos o tres nombres más.

- ¿Qué repercusiones ha tenido el Festival para la villa de Olmedo, en el aspecto cultural y económico?

B. S.- Nos ha permitido posicionarnos en el mapa cultural de España, el apoyo mediático a nuestro producto cultural ha sido decisivo, y la apuesta de la CNTC desde el segundo año de andadura nos abrió puertas a la exhibición de clásicos. La participación de compañías y expertos internacionales hace que sea una cita obligada en el calendario teatral. También nuestro público cada año se hace más experto en los clásicos, y como me dicen las compañías de teatro, «entienden el verso que da gusto». Y en cuanto a las repercusiones económicas, creo que son notables, cada año hay en torno a siete mil u ocho mil espectadores.

G. V.- Siempre he creído que la causa principal de que el Festival se haya implantado y consolidado es que los vecinos de Olmedo lo han tenido como cosa suya desde que conocieron la idea. Y también pienso que es este uno de sus sellos de identidad importantes: Olmedo Clásico ha nacido desde adentro y desde abajo, a diferencia de otros que han podido ser impuestos desde fuera o desde arriba. Los vecinos y las autoridades valoran la importancia del teatro por sus beneficios culturales, pero sin duda también por sus réditos económicos. Una actividad cultural sólida es una baza valiosa en una sociedad en que el ocio cultural va a tener cada vez más peso. Piénsese en Almagro: de ser un pueblo manchego con escasa actividad industrial, hoy, tras casi cuarenta años de su Festival, es la población de Castilla-La Mancha con más visitantes después de Toledo.

-¿Qué porcentaje aproximado de habitantes de Olmedo asisten al total de representaciones del Festival? ¿Realizan a lo largo del año campañas o ciclos de acercamiento a los clásicos con los residentes en la Villa?

B. S.- El porcentaje de espectadores del propio municipio es casi del 30 %. En cuanto a las campañas de acercamiento a los clásicos, se concentran exclusivamente durante el Festival, las Jornadas funcionan como una escuela de espectadores, donde filólogos, actores, directores, adaptadores y críticos analizan diferentes puestas en escena.

- ¿De qué otros lugares de la Comunidad o de otras limítrofes, Madrid entre otras, vienen a Olmedo?

B.S.- Nuestro público fundamentalmente es de la propia comunidad autónoma, casi un 70%, la siguiente comunidad que aporta mayor número de espectadores es Madrid.

Propuesta de la compañía japonesa Ksec-Act que se pudo ver en Olmedo Clásico en 2009
Propuesta de la compañía japonesa Ksec-Act que se pudo ver en Olmedo Clásico en 2009

-¿Pueden justificar la necesidad de un festival de teatro clásico en Castilla y León?

G. V.- En 2006, Castilla y León era una de las pocas comunidades que no disponía de un certamen de estas características, cuando quizá era de las más necesitadas en contar con un escaparate así para mostrar a propios y foráneos el esplendor artístico que respalda la historia de la lengua española, de la que es cuna física. Una lengua que hablan 600 millones de personas: poderosa razón para que desde hace tiempo las autoridades y gentes de esta Comunidad sepan que es un bien de valor incalculable que deben explotar cultural y económicamente. La gente, sobre todo de cierta edad, nunca se desvinculó de sus clásicos teatrales, a pesar de la mala práctica que con ellos se tuvo durante décadas. Y estábamos confiados en que se conseguiría enganchar a los jóvenes. Era extraña esa laguna y más teniendo en cuenta que en esta Comunidad, en Olmedo y en su capital, desde hacía un cuarto de siglo venía trabajando con los clásicos admirablemente Teatro Corsario. El que Fernando Urdiales, su fundador y director, así como todos los miembros de la compañía, se sumaran tan decididamente al proyecto de Olmedo Clásico fue fundamental.

- ¿Piensan que el teatro clásico sirve para conocer en profundidad y difundir el conocimiento y los estudios de la lengua castellana, que siempre se menciona como incentivo para mejorar el crecimiento económico?

G. V.- No hay duda de que la lengua castellana es una de las materias primas más importantes con que cuenta Castilla y León. Su importancia para quienes quieren aprenderla deriva del gran número de hablantes y de su presencia cada vez mayor en el tejido económico, pero también cuenta, y para algunos mucho, el prestigio que le confiere su literatura. El Siglo de Oro es reconocido como su gran momento, en el que participaron muy especialmente los grandes dramaturgos, con Lope, Calderón y Tirso a la cabeza. Pueden ser un buen instrumento que respalde el aprendizaje de la lengua -y la educación y cultura en general de todos, incluidos los propios españoles- y más cuando cuentan con algo tan eficaz como la posibilidad de verlos y oírlos vivos en los escenarios, lo que no les sucede a los cultivadores de otros géneros literarios. Sí, el teatro clásico es lengua castellana vestida de gala, al tiempo que puede ser una fábrica de monumentos efímeros en los que divertir y provocar emociones artísticas, y un espacio en el que hacer vida social.

-La faceta académica tiene un peso importante en Olmedo Clásico. ¿Cuáles han sido las mayores aportaciones que se han extraído de los trabajos, ponencias y coloquios?

G. V.- Queríamos que dentro de Olmedo Clásico hubiera un espacio para la reflexión y el debate sobre lo que los clásicos fueron en su momento, para entenderlos mejor, y sobre lo que deben ser hoy día. Queríamos también que fueran un lugar de encuentro entre personas de las distintas ocupaciones en relación con los clásicos: directores, actores, críticos, estudiosos, y, por supuesto, aficionados. Fue muy importante que la Universidad de Valladolid se implicara y coorganizara. Y que las otras tres universidades públicas de Castilla y León se sumaran al proyecto. Se unió asimismo la Cervantes Virtual, el portal más destacado de la cultura en lengua española. En Olmedo Clásico hemos organizado dos grandes congresos internacionales en 2009 (con motivo del cuarto centenario del Arte Nuevo de Lope) y 2013 (sobre el Patrimonio del teatro clásico español) con 120 y 150 participantes respectivamente. Y un testimonio más de la fuerza de Olmedo también en lo académico, en el mundo de la investigación, la tenemos en la constitución de un equipo de expertos sobre teatro clásico de las cuatro universidades de Castilla y León, GOTA, (Grupo Olmedo de Teatro Áureo).

Benjamín Sevilla: «Las compañías y expertos internacionales hacen del festival una cita obligada en el panorama teatral»

-Experimentar con los clásicos, actualizarlos, trazar analogías entre pasado y presente, ¿es necesario para mejorar la recepción del teatro clásico?

B. S.- La actualización muchas veces es necesaria, pero esto no significa que vale todo, creo que el texto clásico, el título y el autor deben estar detrás de las propuestas. Cuando las analogías son evidentes el público lo recibe de una manera positiva. En cuanto a la apariencia estética es saludable la variedad. El público percibe las apuestas estéticas como parte de la creatividad.

G. V.- Pienso que no solo se puede actualizar a los clásicos, sino que se debe hacer. Yo no tengo ninguna duda al respecto, porque la puesta en escena de un texto teatral solo puede ser contemporánea. Si los clásicos merecen serlo es porque son capaces de decirnos cosas a nosotros. La obsesión arqueológica solo es válida para los filólogos o los estudiosos de las puestas en escena antiguas, porque es su obligación explicar las obras desde su época. Pero si queremos que esas obras puedan ser recibidas hoy no solo como un testimonio del pasado sin más, deben tenerse en cuenta los factores que las permitan conectar, artísticamente no solo intelectualmente, con los espectadores. Es claro que el público se entrega cuando tiene calidad el espectáculo; y en Olmedo ocurre eso hoy, aunque efectivamente al principio los espectadores eran más reacios a vanguardismos.

- El Ayuntamiento de Olmedo y la Diputación de Valladolid siempre han apoyado Olmedo Clásico. ¿Esperaban que la Junta de Castilla y León se implicara más?

B. S.- El Ayuntamiento de Olmedo es Olmedo Clásico. Desde el principio contó con una importante ayuda de la Diputación. El apoyo del Ministerio de Cultura ha sido fundamental; y el de la Universidad de Valladolid.

Germán Vega: «Olmedo Clásico ha nacido desde adentro y desde abajo, frente a los que se imponen desde fuera o desde arriba»

G. V.- La financiación de la Junta fue más importante al principio que ahora, después de que disminuyera con la crisis y sin que aún la hayamos recuperado. Estoy seguro de que llegará ese aumento, necesario para que podamos crecer. Estoy convencido de que le interesará también una mayor implicación, porque no se trata de un certamen local sino el que necesita Castilla y León para explotar, de cara a sus propias gentes y a las foráneas, un patrimonio excepcional que tiene como pilar el teatro clásico.

-¿No les extraña la escasa vinculación de los responsables de la Junta en el único festival de teatro que se alinea con uno de los objetivos estratégicos del gobierno autónomo, la promoción del español?

B. S.- Podrían incorporar el Festival en su estrategia de promoción exterior, probablemente ampliaría la oferta como destino del turismo idiomático y de turismo cultural.

G. V.- Efectivamente, pienso que todo casa para que la Junta tenga interés en este festival: a) el español como una de las principales materias primas de la Comunidad; b) el teatro clásico como una de las manifestaciones más brillantes y reconocidas en ese idioma, y c) Olmedo Clásico con una pequeña pero sólida historia que le ha hecho colocarse entre los principales festivales de clásico tras Almagro.

-En cada edición, se programa alguna compañía extranjera. ¿Es esta la dimensión del festival o aspiran a programar un mayor número de propuestas escénicas foráneas?

B. S.- Lo más difícil de conseguir son propuestas foráneas, las grandes producciones salen de gira con dos o tres años de reserva previa, no estamos actualmente en su circuito, y sus condiciones técnicas son muy complicadas para nosotros. Las medianas producciones son nuestro objetivo, aunque es necesario indicar que estas exhibiciones no suelen contar con ninguna ayuda económica. Son bastante costosas y no podemos ir más allá de una exhibición anual.

-¿Está entre sus objetivos encargar o hacer producciones propias que luego giren por los festivales de teatro clásico?

G. V.- Lo hemos llevado a cabo en contadas ocasiones, siempre limitados por el presupuesto que tiene nuestro Festival. Y creo que es importante caminar decididamente en este sentido. Los festivales deben ser promotores de teatro clásico, no solo consumidores. Lo facilitaría una unión más efectiva entre los distintos festivales, algo que ya se ha intentado y que debería lograrse.

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