José L. Jiménez - Mercado Africano

Tensión energética

Mauritania ha dado el viernes pasado luz verde a una planta de gas de 100 'megas', en una primera fase, con capital saudí e indio en el puerto de Nouadhibou. Quieren que sus proyectos de energía sean ejecutados por ingenierías españolas

José L. Jiménez
Las Palmas de Gran Canaria Actualizado: Guardar
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El pasado fin de semana Mauritania y Senegal dejaron el pique que tienen sobre el tema energético. O chantaje comercial en toda regla. Es por la construcción de una línea de alta tensión que irá con 180 'megas' de energía procedente de Mauritania a Senegal. Ambos países tienen un acuerdo para la compra y venta de energía eléctrica desde 2013. El chantaje tiene que ver con una adjudicación que hay prevista para el próximo 16 de diciembre de una hidroeléctrica por valor de 600 millones de euros. Guerra fría por controlar la adjudicación. Para 2019, Dakar comprará a Mauritania 690 megavatios avalados por Banco Mundial. En agosto pasado hubo un apagón en Senegal totalmente vergonzoso por quemarse una subestación en Thies que duró casi ocho horas y que lastró, menos en Kahone, a casi todo el país, Mauritania y Mali.

Tres países sin luz por una planta en mal estado. Desconoce uno el Tiepi o Niepi de Senegal pero debe ser de escándalo.

Al norte de Senegal, en Mauritania, ya era hora que el capital indio comenzara a tomar cartas en el asunto de la energía en África occidental. Hasta ahora, era solamente transportes. El pasado viernes, de la mano de socios saudíes, la eléctrica estatal Somelec, se confirmó la extensión de 510 kilómetros desde Nouakchott a Nouadhibou. Un trayecto asumible para cualquier empresa canaria vía Proexca o del resto de España tipo la madrileña Izharia Ingeniería, la murciana Idea Ingeniería, Técnicas Reunidas, Duro Felguera, Acciona Energía o Grupo ACS.

La línea de alta tensión es clave porque Mauritania tiene unos picos de tensión que generan un desastre a la hora de garantizar que el pescado no sufra una rotura de la cadena de frío ante los centros de distribución de España y Japón. También por la fabricación de hielo y la extracción de recursos naturales como el oro o los 8.000 barriles de petróleo que produce. Con ese dinero saldrán adelante dos proyectos interesantes para las empresas españolas. Una plantita de energía eólica de 30 Mw en Nouakchott y una planta de gas con un primer tramo de 100 megavatios para alimentar los buques del futuro eje portuario entre Mauritania y Senegal en Nouadhibou. En Mauritania lo que quieren es que estos proyectos los hagan empresas de ingeniería españolas. Son generosos con nuestro país porque a España le deben cierta estabilidad institucional y el apoyo ante la UE en cuestiones pesqueras.

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